Fernando Alberto Garcia Cuevas
La tecnología ha avanzado a pasos agigantados en las últimas décadas, transformando la forma en que interactuamos con el mundo y entre nosotros mismos. Sin embargo, no siempre es fácil comprender el alcance y las implicaciones de estos avances. En este artículo, exploraremos cómo la tecnología ha impactado en el desarrollo humano, tanto en aspectos positivos como en posibles riesgos y desafíos que debemos considerar. Este avance acelerado ha llevado a una disrupción sin precedentes en nuestra forma de vida.
El desarrollo tecnológico ha avanzado a pasos agigantados en las últimas décadas y, gracias a ello, por ejemplo; hoy en día es posible contar con un cuidado de la salud sin precedentes. La posibilidad de recibir atención médica a través de un teléfono celular puede significar un cambio drástico en la accesibilidad a este servicio, lo que permitiría a la persona más pobre del planeta obtener una mejor atención que la persona más rica de hoy en día, situación que pese a ser posible aún no se ha logrado. Además, la implementación de algoritmos en la salud permite un monitoreo constante de nuestra salud las 24 horas del día, lo que puede prevenir enfermedades antes de que se manifiesten. Esto supone un gran potencial de revolucionar la manera en que accedemos al cuidado de la salud y mejorar la calidad de vida de las personas en todo el mundo.
Dia a día, la tecnología se convierte en un tema central de nuestras vidas, pero a menudo no la comprendemos completamente. Desde la revolución de la inteligencia artificial hasta la automatización, los cambios que estamos presenciando son cada vez mayores y más rápidos.
Otro ejemplo de los mayores desafíos que supone este cambio acelerado, es la incertidumbre en torno al futuro del mercado laboral. Con la automatización y la inteligencia artificial, muchas profesiones y empleos pueden desaparecer, pero también pueden surgir nuevas oportunidades.
Otros riesgos son respecto a la libertad y la privacidad de las personas. Actualmente es posible descifrar a los humanos como si de un sistema informático se tratara, lo que los hace vulnerables a ataques y manipulaciones, tanto mediáticas como de regímenes políticos.
Por otra parte, el hecho de que las personas creen una imagen ficticia de sí mismas a través de las redes sociales también puede tener consecuencias negativas en términos de salud emocional. Por lo que se hace necesaria una regulación adecuada del desarrollo tecnológico y que este no se produzca a expensas de los derechos humanos fundamentales y de la salud mental de las personas.
Como consecuencia de esto, los humanos nos enfrentamos a la necesidad de reinventarnos constantemente y adaptarnos a los cambios que se presentan. Esto requiere manejar dos aspectos fundamentales: la inteligencia emocional y el equilibrio mental, así como adquirir habilidades para continuar cambiando y seguir aprendiendo.
Es necesario comprender que gran parte de lo que hoy consideramos como conocimiento relevante podría dejar de serlo en un futuro cercano, por lo que la capacidad de adaptación y la búsqueda constante de nuevas habilidades son clave para enfrentar este escenario.
Ante este panorama incierto, es importante que las personas se reinventen y aprendan habilidades que les permitan adaptarse a los cambios. La inteligencia emocional y el equilibrio mental son fundamentales, así como la capacidad de seguir aprendiendo a lo largo de la vida.