ChatGPT, el robot de conversación del que todos hablan, acaba de mostrar que tiene la capacidad de superar pruebas para las que humanos tienen que prepararse por años.
Christian Terwiesch, profesor de la Universidad de Wharton en Pennsylvania, hizo a ChatGPT las mismas preguntas destinadas a sus estudiantes de una maestría en Administración de Empresas (o MBA, como se conoce a este diploma académico en inglés), específicamente el examen final, aquel con el cual obtienen su grado. El resultado fue sorprendente: el bot logró aprobar la prueba con una calificación entre B o B- (equivalente a entre 8 y 7 en un rango de 10 a 0), esto de acuerdo con la valoración del profesor.
El profesor reconoció la capacidad de ChatGPT para responder a preguntas de operaciones básicas basadas en estudios de caso. Sin embargo, notó que el bot tuvo algunos errores un tanto crasos en sus cálculos. Con todo, estos errores eran fáciles de modificar con la ayuda de un ser humano que le diera un pista o que planteara la pregunta de otra manera.
Por otro lado, este bot también aprobó recientemente el examen que se les hace a estudiantes de medicina para que puedan ejercer la profesión en Estados Unidos.
Dicho examen se divide en tres aspectos y ChatGPT mostró suficiencia en todos. Si acaso, sólo omitió responder preguntas que tenían que ver con una aplicación práctica de la medicina, porque está programado para no dar consejos médicos puntuales.
Los resultados de estas pruebas, según el grupo de investigadores que las aplicaron, muestran que este tipo de bots, que emplean un tipo de algoritmo conocido como “large language models” (o “modelación de lenguaje”), tienen un potencial de asistir en la educación médica e incluso en las decisiones clínicas, si bien para esto último falta tiempo.
Pese a estos impresionantes resultados, otras opiniones más bien críticas creen que lo que hacen estos bots es tener un un modo muy eficaz de manejar información existente pero no muestran ningún entendimiento o profundidad en los temas que resuelven.
ChatGPT es capaz también de escribir ensayos de todo tipo, lo cual empieza ya a modificar la manera en la que se evalúa en las escuelas, aun cuando estos ensayos son más bien mediocres, en el sentido de que se componen a partir de lugares comunes, opiniones convencionales o generalizadas, así como una especie de compilación de conocimiento colectivo quizá pero ya asentado, esto es, que goza de una aceptación amplia y casi incuestionable. En ese sentido, este tipo de “inteligencia artificial” no es en realidad capaz de innovación o de creatividad, ni mucho menos se acerca a aquello que humanamente consideramos genio o talento.
Al menos esto es cierto por el momento en ámbitos de las humanidades clásicas. En el caso del marketing, la ingeniería y otros rubros técnicos y de las ciencias sociales, el bot parece acercarse a lo que en estas disciplinas se considera satisfactorio o aceptable.
Por lo demás, que el bot de conversación lograra superar ambas pruebas, la del MBA y la de la licencia para ejercer la medicina, se puede considerar un hecho sintomático de nuestra época y la perspectiva de futuro que hacia la cual el mundo y la humanidad se dirigen.
Según se avizora, ChatGPT y sus futuras versiones serán los encargados de tomar decisiones, dirigir empresas y hasta ciudades con su inteligencia particular, poderosamente calculadora, que hace un promedio de lo que se considera como cierto y que de entrada ya es bien evaluado por una sociedad fascinada por el invento, aun cuando este carezca de la chispa creativa o el genio artístico (más allá de lo que se genera por virtud del azar llevado a la máxima potencia) y sin que parezca importar que todo aquello que no entre en su modelo de aprendizaje simplemente quedará fuera del programa.