Jueves I semana de cuaresma, ciclo A
Sacerdote Daniel Valdez García
Hermanos y hermanas en Cristo Jesús.
Gracias a Dios, ya estamos en el jueves después del miércoles de ceniza.
Quiero recordarles como lo escuchamos de manera más insistente en la Fiesta de todos los Santos que la Iglesia que goza de la presencia de Dios es la Iglesia triunfante, aquellos que no alcanzaron a purgar sus culpas gozan de una especial gracia de Dios y los llamamos la Iglesia purgante, y nosotros los que vamos peregrinos a la casa del Padre somos la Iglesia militante, aquellos que estamos activos, participamos de manera creativa y dinámica como Iglesia evangelizada y evangelizadora.
He dicho que en este Cuaresmario estaré ofreciendo un reto diario de cómo superar la limitación de la ingenuidad.
Prosigamos aclarando cómo convertirnos superando la ingenuidad. Ya he dicho la postura de la psicología y las precisiones de la psiquiatría. Ahora veamos ¿qué aporta la sociología al respecto? Básicamente dos aspectos son relevantes: Uno es positivo, la mejor estrategia de justicia, progreso y paz es una sociedad educada; y el otro es negativo: una sociedad ingenua y no educada es fácilmente manipulada. La manipulación es la nueva esclavitud del ser humano, aseguran los sociólogos A. Luthier y A. Toffler.
Seguramente que alguna vez hemos escuchado que se dice: “¡qué ingenuo o ingenua eres!”, la ingenuidad socialmente se relaciona con el aspecto intelectivo por eso llegan a decir: “¿Todavía crees en los santos reyes magos?”, o alguna otra expresión de ese tipo. Así que una sociedad educada, formada en su intelecto no puede ser engañaba y mucho menos manipulada. En pocas palabras, son difíciles de engañar.
El pasaje del evangelio de hoy nos ofrece la exigencia de Jesús a la multitud: «El que quiera ser mi discípulo que tome su cruz y me siga», es decir, que Jesús antes de pedir algo él mismo da testimonio, por eso conocerlo, amarlo, seguirlo y servirlo no es de ingenuos; porque la respuesta que se dé a su llamado es respetuosa, clara, directa y sobre todo libre. Sobre todo libre de engaño y de manipulación.
Los gobiernos populistas de América Latina empobrecen a su gente para vivir de la gente, reparten dinero quitando servicios de calidad y de dignidad a la comunidad.
Hoy por hoy, la cantidad de posibilidades de acceder a la educación son muchas y varias. Pero la gente cree que gasta y se le olvida que la educación es una inversión, no así las tecnologías de vanguardia, las modas y los autos de lujo. Educar debe ser de forma integral, de otra manera se cae en la paradoja de la vida, Cuba por ejemplo, es un país donde hasta las prostitutas tienen licenciatura pero no hay servicios de calidad ni de dignidad para la comunidad.
Si la Iglesia no educa integralmente, están los que solo viven la piedad popular, los cristianos de ceremonia y de compromiso, los cristianos de documento, los cristianos que nada más van a oír misa y no practican NO SON IGLESIA MILITANTE, son Iglesia vegetante, como piezas de museo; les da miedo servir en las distintas formas que hay para evangelizar, tienen una caricatura de religión e ingenuamente la ponen de pretexto para hacer sus fiestas mundanas y lejanas de ser cristianas. No tienen una RELACIÓN PERSONAL con Cristo que los llama por su nombre para estar con él y para enviarlos a evangelizar en su nombre (Marcos 3, 15). Y como dice el dicho: “cristiano ignorante, seguro protestante”.
Se dice que “vegetan” aquellas personas que están presentes de cuerpo, pero inconscientes por diversas causas han quedado así en estado de coma, y no por sedación inducida, sino propiamente es un estado comatoso. Así hay católicos que son como Iglesia vegetante más no militante, solo están de cuerpo sin participar y sin mayor compromiso en su servicio a Dios y a la Iglesia.
Cuando la ingenuidad no es superada en la Iglesia se manifiesta la enajenación, como aquellos que han querido hacer el ayuno ausente de todo alimento por 40 días rayando en el suicidio, en Filipinas llevan 50 años clavando al que hace el papel de Cristo en Semana Santa, especialmente en la provincia de Pampanga; dichos devotos se someten a esas crucifixiones en la creencia de que tales sacrificios extremos son una manera de expiar sus pecados, alcanzar curas milagrosas para sus enfermedades o dar gracias a Dios. No porque muchos lo hagan quiere decir eso sea bueno. Mucho cuidado con las iniciativas de quienes quieren ingenuamente tomar los pasajes de la Biblia al pie de la letra. Como en todo, si no se ponen límites estaremos en lo que hoy llaman “Nueva moralidad“, que no es otra cosa que la vieja ingenuidad. Como dijo el obispo Fulton J. Sheen: “Los verdaderos cristianos, son aquellos que toman en serio la salvación de su alma”.
Amén, Señor Jesús.