A través de una declaración de personas familiarizadas al asunto, mencionaron que el expresidente de los Estados Unidos, Donald Trump piensa legalizar y retomar la pena de muerte como pelotones de fusilamiento, la horca y ejecuciones públicas al puro estilo “old west”, esto si llegará a ganar las elecciones presidenciales para 2024.
De acuerdo con las fuentes, el también magnate reflexionó sobre la posibilidad de televisar imágenes de ejecuciones, incluso mostrando prisioneros condenados en los momentos finales de sus vidas.
El republicano ha estado planteado estas ideas mientras discutía la retórica de su campaña presidencial y sus promesas políticas, así como su desdén por el enfoque del presidente Biden sobre el crimen.
“El expresidente cree que esto ayudaría a poner el temor de Dios en los criminales violentos. Él quería hacer algunas de estas (cosas) cuando estaba en el cargo, pero por alguna razón no tuvo la oportunidad”, dijo una de las fuentes a Rolling Stone. Esto para criminales de alto perfil, como narcotraficantes, asesinos seriales o acusados formales de terrorismo.
Otra de las fuentes afirmó que Trump reflexionó en privado sobre la posibilidad de crear una llamativa campaña de spots políticos que acompañaría una reactivación federal de este tipo de ejecuciones, que van en denuncia contra los derechos humanos.
Específicamente, el exmandatario habló de traer de vuelta la muerte por fusilamiento, ahorcamiento y, según dos de las fuentes, posiblemente incluso por guillotina. También ha discutido las ejecuciones grupales.
Cuando a uno de los vocero se le preguntó sobre los pelotones de fusilamiento y otros métodos de ejecución, rtemitió a líneas del anuncio de campaña de Trump de 2024.
“Cada narcotraficante durante su vida, en promedio, matará a 500 personas con la droga que vende, sin mencionar la destrucción de familias. Vamos a pedirle a todos los que venden drogas, a los que atrapan vendiendo drogas, que reciban la pena de muerte por su dolor”.
En un mitin en octubre, entre vítores y aplausos de sus seguidores, Trump presentó una forma de supuesta justicia que ha sido adoptada por algunas dictaduras.
“Y si (el criminal) es culpable, lo ejecutan, le envían la bala a la familia”, dijo Trump en el mitin. “Si quieres detener la epidemia de drogas en este país, es mejor que lo hagas… (incluso si) no suena bien. Simplemente tienes que matar a estas personas”.
La fijación de Trump con el pelotón de fusilamiento puede abordar su deseo por lo “dramático”, pero algunos expertos creen que una muerte instantánea por disparo puede ser más humana que la inyección letal, la única forma legal en la que se ejecutan a los condenados a pena de muerte.
Según las nuevas reglas autorizadas durante su mandato, si las inyecciones letales se realizan legalmente o no están logísticamente disponibles, el gobierno federal puede usar cualquier método que sea legal en el estado donde se lleva a cabo la ejecución.
“En las conversaciones en las que había estado en la sala, el presidente Trump decía explícitamente que le encantaría un país que fuera totalmente un sistema de justicia penal de ‘ojo por ojo’, es una cita directa, y hablaba sobre cómo la forma ‘correcta’ de hacerlo es poner a los delincuentes y traficantes de drogas en fila ante un pelotón de fusilamiento”, dice un exfuncionario de la Casa Blanca de Trump.
“Tenía una afinidad particular con el pelotón de fusilamiento, porque parecía más dramático, que como lo hacemos nosotros, poniendo una jeringa en la gente y poniéndola a dormir. Él estaba entusiasmado con la idea de ejecutar a un gran número de narcotraficantes y capos de la droga porque decía: ‘A esta gente no le importa nada’, y que de todos modos dirigen su imperio de la droga y sus tratos desde la prisión, y luego vuelven a salir a la calle, recuperan todo su dinero y siguen delinquiendo… y por lo tanto, necesitan ser erradicados, no encarcelados”.
El exfiscal general de Trump, William Barr, el arquitecto ideológico del atracón de ejecuciones de Trump, le dijo a la revista en una entrevista en diciembre pasado que Trump y su administración habrían ejecutado a más personas pronto, si hubiera ganado un segundo mandato en 2020. “Sí, esa era la expectativa. ”, resumió Barr sucintamente en una entrevista telefónica.
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