El ex Secretario de seguridad es señalado por presuntamente haber recibido sobornos del crimen organizado
La primera etapa del juicio se inicia cuando se escoge de una larga lista a las 12 personas que funcionarán como jurado. Los nombres se escogen al azar de las listas del registro de la credencial de elector del condado de Brooklyn. Este proceso de selección ayuda a garantizar que los jurados representen a una sección amplia de la comunidad, sin distinción de raza, género, origen, edad o afiliación política.
Ser llamado para participar en un jurado no garantiza que una persona realmente servirá como tal. El grupo de jurados calificados será llevado a la sala del juzgado donde se llevará el juicio. Luego, el juez y en algunas ocasiones los abogados hacen preguntas a los posibles jurados con el propósito de excluir del jurado a las personas que no puedan ser capaces de decidir el caso de manera justa, así como a los miembros del panel que conocen a cualquier persona involucrada en el caso, o que tienen información sobre el caso y/o que pueden tener prejuicios sobre las personas involucrados en el caso. Al final el juez escoge a doce personas que actuarán como jurado y también escoge a varios suplentes.
En un juicio penal, el presunto acusado de cometer un delito, para poder ser declarado culpable debe de obtener la decisión unánime del jurado. El jurado debe de estar convencido al 100% que efectivamente el presunto acusado ha cometido el delito que se le imputa, conforme a su culpabilidad y a su participación real en el ilícito. Para esto el jurado debe tener la absoluta certeza de la verdad de los hechos, decisión que deberán tomar unánimemente bajo su total y libre convicción.
La defensa del exsecretario de Seguridad Pública de México, Genaro García Luna, solicitó al juez del Tribunal del Distrito Este de Nueva York, Brian M. Cogan, descartar la riqueza del exfuncionario como una evidencia en su juicio.
Los abogados de García Luna expusieron que la riqueza sería relevante si dicha evidencia hubiese existido en el tiempo en que el acusado fue funcionario de gobierno o que proviniera de sobornos durante el mismo periodo de tiempo.
El documento señaló que, al finalizar la administración de Felipe Calderón Hinojosa, el exfuncionario se estableció en Miami, Estados Unidos, e inició negocios ofreciendo consultorías de seguridad a gobiernos y empresas extranjeras; derivado de estas actividades recibió sumas significativas de dinero de su principal cliente, el gobierno de México.
Estos trabajos de consultoría y en plataformas de seguridad e inteligencia, le permitieron a García Luna enriquecerse y adquirir activos sustanciales. Además, afirmaron que cuando éste arribó a Estados Unidos, no contaba con riqueza y no podía mantener una vida lujosa.