1. Los disparos son de una arma corta, de bajo calibre. Por la separación de los disparos y la ubicación de los mismos en la carrocería y cristales, no se aprecia el uso de arma larga o automática.
2. Al haber realizado el ataque por la noche, los agresores buscaron que no hubiera testigos y poder escapar con facilidad debido al poco tráfico.
3. Efectuaron labor de inteligencia básica e identificaron rutinas de traslado del periodista. Decidieron atacarlo cuando estaba regresando a su domicilio, luego de una jornada de trabajo. Lo esperaron en una calle aledaña, en donde sabían que pasaría.
4. Al ser dos hombres en moto los agresores, uno desempeñó el papel de conductor y el otro de gatillero. Una táctica común para cometer otro tipo de ilícitos. Después de cometer el atentado, es posible que cambiaran de vehículo en algún punto ciego del sistema de videovigilancia de las cámaras de la Ciudad de México.
5. Por ser de noche, con un blanco móvil y usando una arma corta, los agresores tuvieron que acercarse a pocos metros de la víctima para atentar contra su vida. Por la ubicación de los disparos en la carrocería, los agresores claramente buscaron impactar en la cabeza y caja toráxica del periodista. No se trató de una amenaza. Trataron de asesinarlo.
6. El vehículo tenía un blindaje de bajo nivel, III o IV a lo más, pero aguantó bien los disparos. Los agresores cometieron un error. No calcularon que el arma que utilizaron no podría traspasar el blindaje. Quizá no sabían que Ciro viajaba en vehículo blindado.
Este hecho, afortunadamente, le salvo la vida al periodista Ciro Gómez Leyva.