Vengo, estimada Asamblea, a presentar un voto particular respecto del contenido de distintas disposiciones que se modifican o que se intentan modificar en seis ordenamientos jurídicos; cinco de ellos modifican el cuerpo normativo y uno de ellos es de nueva creación.
En el voto particular, que aquí sólo he escuchado posicionamientos respetables, pero en el documento que ya tiene la presidencia en la Gaceta Parlamentaria plasmado, expreso mis razones, mis argumentos, mis justificaciones, mis causas por las que he decidido tomar esta posición.
Aclaro que es un asunto estrictamente personal, no involucra al Grupo Parlamentario en el que participo, y es un asunto que me mueve asumirlo con toda integridad y responsabilidad; incluyendo los desenlaces, las consecuencias o lo que de ello resulte. Así ha sido mi vida, pública y política, nunca ha sido fácil para mí tomar decisiones.
Y en el documento se expresa por qué razón creo que se vulnera la Constitución. Con seriedad, atendiendo la doctrina, la jurisprudencia, los principios generales del derecho, afirmo y sostengo que algunas de las
normas que pudieran aprobarse esta noche, pueden alejarse de los principios constitucionales; y esa es mi defensa.
Soy legislador, y es un honor y un privilegio serlo. Soy académico, y asumo con integridad lo que enseño en las aulas de la División de Estudios de Postgrado de la UNAM. Y soy político, servidor público, el
que corre riesgos y asume compromisos con la sociedad.
Aquí está plasmado por qué razón. Recuerdo que cuando el embajador británico, en 1860 le ofrecía a
Benito Juárez una solución para pacificar al país, y amnistía para aquellos que habían iniciado con Maximiliano la revuelta en contra de la República; Juárez, Benito Juárez sostuvo con firmeza y le respondió:
“Yo he sido llamado a sostener la Constitución que juré cumplir y hacer cumplir. Como soy un hombre de honor y de consciencia, no puedo burlar la voluntad de los pueblos con la violación de mis juramentos”. Y
Juárez sostuvo su convicción por velar por la Constitución, nuestra Carta Magna.
¡Gigante, Juárez!
Es un momento difícil, pero al mismo tiempo con razones jurídicas. En el momento procesal oportuno, presidenta, también presentaré un paquete de reservas, cuando estemos en la discusión en lo particular,
reservas y propuestas de modificación.
No es un ejercicio retórico, falso o demagógico. Es un ejercicio de auténtica preocupación por nuestra democracia.
No voy a hablar más, simplemente expreso a todos mis respetos, mi aprecio y mi reconocimiento por escucharme.
Es un asunto de carácter personal y no debe de ofender a nadie, porque esta es una Cámara revisora y la Cámara revisora, tiene esa obligación constitucional. A nadie debe extrañar que asumamos con integridad
nuestros actos.
No soy ingenuo y sé a lo que me enfrento. Lo único que quiero es que
se respete la Constitución.