Tras las montañas en un camino angosto de curvas y de ascensos se descubre un pueblo blanco sobre el Mar Mediterráneo, de nombre Cadaqués.
Durante años el acceso por tierra no fue fácil, ya que la aldea de pescadores conservó su prístino encanto de villa marítima bucólica, es así que este lugar tenía más conexión con el mar más que con el continente, razón por la que el artista surrealista Salvador Dalí construyó retirado de Portlligat, su casa de taller.
Para llegar en auto es de 175 km en carretera en Barcelona, son aproximadamente menos de dos horas por provincia de Girona, no es apto para personas que tienen vértigo. El pueblo se encuentra en ambos lados de una bahía por el mar en la costa de línea rocosa, hay un camino que se puede ir a pie y son 15 minutos sin mayor dificultad, las subidas y bajadas son parte de la experiencia.
Su magia y belleza te invita a caminar por la ribera para iniciar el recorrido por las amplias calles y descubrir el arte, así como las creaciones de los artesanos.
Las calles llenas de lajas gris azuladas sacadas del mar se pierden en laberintos, tienen a los lados casas blancas con techos de teja.
El casco antiguo está en lo más alto de la villa donde se encuentra la Iglesia Santa María, que es considerada el monumento más importante de Cadaqués.
La principal playa de Cadaqués es La Platja con 0una visita panorámica del pueblo, de muchos barcos pasean en su agua, se alcanza a ver a lo lejos la casería costros de Francia,
