Gran respuesta de mexicanos, a la convocatoria civil para participar en la Marcha por la Defensa de la Democracia; las cifras difieren de unas a otras, pero basta ver las imágenes no solo de la Ciudad de México, sino también de varios estados de la República, España y Estados Unidos, entre otros.
Como siempre, el gobierno de la Ciudad intenta minimizar la manifestación y, a través de Martí Batres, asegura que solo marcharon entre 10 y 12 mil personas; otros dicen que fueron poco más de 200 mil, lo cierto es que las imágenes no mienten y usted, amable lector, juzgue cuál es la versión real.
Ante la “medida” del gobierno de la CDMX, de decretar contingencia ambiental, ¡en domingo! lo que limitaría la movilidad, miles de habitantes de la capital de país tomaron previsiones y llegaron con bastante anticipación al Ángel de la Independencia; lugar de la cita para el arranque de la marcha.
En esta marcha no hubo acarreo, reparto de dinero, de lonches; no hubo enfrentamientos pese a que un grupúsculo comandado por un youtubero pretendió provocar a los manifestantes, no hubo vandalismo ni robo a comercios, y mucho menos violencia.
Todos los participantes, ciudadanos de todas las edades, políticos, intelectuales, periodistas, jóvenes, niños y, sobre todo, adultos mayores, se unieron en una sola voz “El pueblo de la mano, con un INE ciudadano”, sentenciaron.
La marcha fue una fiesta en la que los participantes disfrutaron de música mexicana, mientras continuaba el avance del nutrido contingente hacia el Monumento a la Revolución, sitio en el que el único orador, José Woldenberg, dirigió un mensaje claro y contundente.
Todo fue en orden, tanto en CDMX como en los varios estados de la República. Claro que no faltaron las provocaciones, las amenazas, los distractores, pero todavía hay millones de mexicanos que no se dejan amedrentar, engañar, utilizar, mexicanos que si razonan y ven que nuestro país se está yendo al caño gracias a gente improvisada como políticos, ambiciosos que no hicieron nada en su vida y ahora que les comparten limosnas no quieren perder sus “privilegios”, sin pensar que apoyando a un gobierno criminal estaría colocando el último clavo al atún de la democracia.
Por cierto, en redes sociales circula el “lamento” de una “reportera” que, dice, es de El Sol de México, quien acusa a ¡UNA! participante en la marcha, de haberla discriminado ¡por su color de piel!, cuando entre los miles que marcharon hubo de todos colores, ideologías, estratos sociales y académicos, de diversos estados de la República, a quienes pudo “entrevistar”, pero no, aprovecha la respuesta de esa participante para denostar las marchas de la oposición. Nada de esto le restará importancia al grito de los mexicanos.
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