Mediante un audio, una mujer que al parecer es madre de la victima, relata que en el establecimiento Hookah Santa Fe ubicado en Av. Vasco de Quiroga 3880, Lomas de Santa Fe, Contadero, en la alcaldía Cuajimalpa fue drogada y escondida por al parecer empleados del lugar.
“Quedé con ella de que me llamaría cuando saliera del lugar. No me llamaba. Yo le marqué muchas veces y no me contestaba, de repente me llama una de sus amigas para decirme que no encontraban a mi hija, que ya se había acabado la fiesta”, explica la madre.
Cuando la señora acudió al lugar para recoger a su hija, dice que el localizador del celular de la chica marcaba que todavía se encontraba en el lugar, sin embargo, los empleados insistieron que la joven se había ido del sitio. “Mi hija no se hubiera ido a otro lugar sin avisar”, señala la relatora en el audio.
La administradora de la plaza acudió al llamado de la señora y se pidió que la búsqueda se retomara.
“Ella decide buscar, en primer lugar, en los baños al final del pasillo. En el último de los cubículos se encuentra con una puerta bloqueada. Con esfuerzo logra abrirla parcialmente y nos encontramos con un baño que funciona de bodega lleno de bolsas negras con cortinas, es decir, bultos muy pesados que cubrían todo el piso y los muebles de baño logra asomarse y grita, ‘aquí hay una niña’”, relata.
Después de tiempo, la joven fue encontrada desorientada y sin saber cómo llegó, por lo que fue llevada a un hospital donde le aplicaron pruebas toxicológicas que salieron negativas.
“Hablando con una doctora del Hospital Ángeles Lomas, especialista en toxicología, me indica que esta situación muy común hoy en día, se hace con una sustancia llamada escopolamina, que tiene como objetivo dormir profundamente a la víctima con fines de abuso. No es rastreable”, dice.
Al regresar al establecimiento a pedir que se revisaran los videos y ver al responsable, le mencionaron que las cámaras que enfocaban al pasillo donde aparentemente sucedió, no funcionaban, a lo que exigió hablas con el dueño del lugar.
“Me topo con un hombre ruin, interesado únicamente en saber si mi hija era menor de edad. No tuvo ningún interés en saber qué sucedió en su negocio o está ocultando alguna evidencia. Su respuesta a mi necesidad de ver qué había pasado fue un ‘da gracias a que tu hija está viva’”, señala la madre de la joven.
“Sabemos que hoy esto pasa todos los días en nuestro país, pero cuando te toca y lo vives en carne propia te das cuenta que la vida se te va y que hay gente que lejos de querer ayudarte, fomenta que estas desgracias sigan sucediendo. Cuéntenle por favor mi historia a sus hijos y cuiden los mucho”, concluye.