ALMAS VIAJERAS, ¡LA MONARCA!

Antero Carmona columnista

En el año de 1985 el mundo científico se paralizó con el descubrimiento de los sitios de hibernación de la mariposa monarca (Danaus plexippus), migración que conducía a los bosques de oyamel del centro de México. Hallazgo realizado por el zoólogo canadiense Fred Urquhart y su esposa Nora, esta investigación inició en el año de 1937 y  duró 48 años. Como estrategia, este matrimonio reunió a cientos de voluntarios para una tarea muy especial, colocar pequeñas etiquetas en las alas de las mariposas y así poder documentar su travesía.

Al surcar el cielo, estas mariposas alcanzan una velocidad de entre 15 a 40 kilómetros por hora, esto depende de la dirección y fuerza del viento, recorren más de 120 kilómetros por día, en jornadas de casi ocho horas. Extienden sus alas y se dejan llevar por las corrientes del norte, de esta forma logran avanzar grandes distancias sin gastar energía y poder recorrer casi 5 mil kilómetros en un mes.

Esta migración comienza en tierras mexicanas cuando ingresan por los estados de Chihuahua, Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas, a lo largo de una franja de 500 kilómetros, su viaje no es sencillo, cruzan parte del desierto de Chihuahua y zonas áridas del altiplano central, utilizando pequeñas zonas arboladas para descansar.

El Estado de México se ve privilegiado por recibir cada año a millones de mariposas monarca, especie de lepidóptero que lleva a cabo la migración más extensa, viajan aproximadamente 5 mil kilómetros, desde el norte de Estados Unidos y sur de Canadá. Estas mariposas poseen una gran resistencia y longevidad, pueden vivir hasta 9 meses, mientras que otras especies pueden vivir hasta 24 días. La UNESCO en el 2008 declaró a los Santuarios; Ejido El Capulín – Macheros, Piedra Herrada y la Mesa, en el Estado de México como Patrimonio de la Humanidad.

La mariposa monarca llega al Estado de México en los primeros días de noviembre, el motivo de esta migración es para protegerse del frío invernal y reproducirse, aquí permanecen aproximadamente 5 meses, de noviembre a marzo, las hembras fecundas regresan a Estados Unidos y Canadá en las últimas semanas de febrero, mientras que los machos lo hacen en las primeras semanas de marzo.

Las comunidades indígenas creían que las mariposas monarca eran las almas de sus familiares que regresaban del Mictlán, el inframundo de la mitología náhuatl, en donde los muertos van a descansar. Después, cuando las creencias indígenas se mezclaron con el catolicismo, una de las tradiciones mexicanas más bellas nació. Las mariposas monarca se consideraron como las almas de los ancestros que regresaban a casa, en donde se les recibía con banquetes, celebraciones y elaboradas ofrendas -en el día de muertos-.

La protección y conservación de estos santuarios conlleva una gran responsabilidad, es de aplaudir el gran esfuerzo que las comunidades de El Capulín – Macheros, Piedra Herrada y la Mesa realizan para conservar sus bosques, y que sigan siendo santuarios vivos de estas especies, además, esta conservación promueve el desarrollo sustentable, ya que el proteger y conservar tanto su hábitat como a estas especies, ayuda a generar recursos económicos, que han servido para que estas comunidades mejoren su calidad y nivel de vida, ejemplo claro de un uso sostenible de su capital natural.

Cuando visites los santuarios de la mariposa  monarca favoreces a la economía local, recuerda seguir las siguientes reglas:

  1. Respeta los reglamentos del santuario, sigue las indicaciones del guía y ejidatarios responsables de la vigilancia.
  2. Visita los santuarios con el apoyo de un guía local, que conozca la ruta, reglamentos y a la mariposa monarca.
  3. No hagas ruido y No uses aparatos de sonido (radio, grabadora, celulares, etc.), pueden perturban a la fauna silvestre.
  4. Usa zapatos cómodos y adecuados, ve bien abrigado, pues se trata de una zona montañosa.
  5. Camina solo por los senderos establecidos.
  6. No tires ni dejes basura.
  7. No te lleves mariposas (muertas o vivas) ¡está estrictamente prohibido, recuerda que es una especie protegida!

Además de proteger y conservar a la mariposa monarca y sus ecosistemas, participamos en preservar nuestras tradiciones -el regreso de las almas-, un país rico en biodiversidad, es un país rico en cultura “Qué bello es México”.