La inflación continúa firme en Estados Unidos según los datos de septiembre, a pesar de las subidas de tasas de interés de la Reserva Federal para controlarla, una noticia que golpea al presidente Joe Biden de cara a las elecciones de medio mandato.
Los precios aumentaron 8.2% en 12 meses a septiembre, según el índice de precios al consumo CPI publicado este jueves por el Departamento de Trabajo. La cifra da cuenta de una muy ligera moderación frente al 8.3% del mes pasado, pero se ubica por encima del 8.1% que esperaban los analistas.
El informe fue suficiente para que Wall Street pasara al rojo fuego, aunque los índices se recuperaron vigorosamente durante la jornada para terminar el Dow Jones con ganancia de 2.83%, el índice tecnológico Nasdaq de 2.23% y el S&P 500 de 2.60%.
Los datos abren la puerta a subas más agresivas de tasas de interés por parte de la Fed, el banco central estadounidense, decidido a conjurar la inflación a costa de enfriar la economía y en particular el mercado laboral, muy sólido y resistente.
Récord tras récord
Fue sobre todo el alza de precios mes a mes que mostró la tenacidad de la inflación: el incremento volvió a ser superior a la medición del período anterior, con +0.4% entre agosto y setiembre frente a un modesto +0.1% entre julio y agosto. Los analistas pronosticaron un alza de 0.3%.
El incremento de precios de alquileres, alimentos y cuidados médicos “fueron los principales factores que contribuyeron al aumento mensual”, sostuvo el Departamento de Trabajo en un comunicado.
Los precios de la gasolina en estaciones de servicio cayeron en tanto 4.9%, continuando con su tendencia bajista luego de dispararse tras el inicio de la guerra en Ucrania.
La inflación subyacente, que excluye los precios más volátiles de alimentación y energía, permaneció estable entre agosto y setiembre, en 0.6%, pero en la medición a 12 meses creció a 6.6%.
Se trata de un “nuevo máximo en más de 40 años” para la inflación subyacente, sostuvo Rubeela Farooqi, economista jefe de HFE. Los precios “sorprendieron” en setiembre, admitió.
La inflación general en tanto se moderó desde el pico de junio, cuando en un año los precios subían 9.1%, un máximo desde 1981.
Golpe para Biden
El presidente Joe Biden destacó “algunos avances en la lucha” contra este flagelo que afecta el poder de compra de los estadounidenses, pero admitió que “los precios aún son demasiado altos”, en un comunicado tras el decepcionante informe de precios al consumidor.
“Tenemos más trabajo por hacer”, sostuvo a menos de un mes de las elecciones de mitad de mandato en las que su Partido Demócrata se juega el control del Congreso.
Luego por la tarde, anunció que “la semana próxima” tomaría decisiones sobre los precios de la gasolina, “demasiado altos”.
“La reducción de la inflación es la prioridad económica número uno del presidente”, enfatizó la secretaria del Tesoro, Janet Yellen, en Washington.
Hace algunos días, Biden admitió que es “posible” que Estados Unidos entre en una “muy ligera recesión”.
De hecho, la Fed considera que será necesario un período de crecimiento más débil y un mercado laboral menos pujante para contener la inflación, “generalizada” y en niveles “inaceptables”.
La fuerte inflación “no ha respondido” aún a los aumentos de tasas de referencia, sostuvieron los responsables de la Fed en su última reunión de política monetaria el mes pasado, según extractos de las actas del encuentro publicadas el miércoles.
La prioridad sigue siendo la inflación, y el ajuste de política monetaria debe continuar para contenerla, “a pesar de un decaimiento del mercado laboral” que podría ocurrir, afirmaron.
Algunos dirigentes de la Fed señalaron sin embargo que “considerando el ambiente económico y financiero mundial muy incierto, sería importante calibrar el ritmo de un nuevo ajuste monetario”, para “atenuar el riesgo de efectos adversos significativos sobre las perspectivas económicas”.La Fed mantiene ahora sus tasas en un rango de 3-3.25%.
Fenómeno mundial
La inflación se ha convertido en un flagelo mundial y prioridad económica de los gobiernos de todo el planeta.
El problema golpea en especial a los países pobres y en desarrollo. Los efectos de la guerra en Ucrania sobre los precios de la energía y la alimentación, se agregaron a las dificultades causadas por la pandemia que enfrentan naciones de bajos ingresos.
El FMI revisó al alza sus previsiones de inflación a nivel mundial para 2022 y 2023, y vaticina promedios de 8.8% y 6.5%, según su último informe de previsiones publicado el martes.