Hoy después de 3 años (2019) cerca de 16 mil peregrinos de la Arquidiócesis de Morelia, Peregrinos de Pie y Ciclistas, así como Peregrinos de la Región Lacustre del Lago de Pátzcuaro, han culminado su peregrinación a esta Insigne y Nacional Basílica de Guadalupe, para rendir honor, y para ofrendar su amor y devoción a la Santísima Virgen María de Guadalupe, Madre del Verdadero Dios por quien se vive.
Creo sinceramente, dijo monseñor Carlos Garfias Merlos, Arzobispo de Morelia y Presidente del Consejo Michoacano para la Construcción de la Paz y la Reconciliación (CMCPYR), que esta peregrinación es un signo de paz y esperanza en medio de la situación tan difícil que siguen atravesando nuestros pueblos, nuestros estados de Michoacán y Guanajuato y todo nuestro País. En la Eucaristía que he celebrado con ellos, hemos puesto en la presencia de la Virgen de Guadalupe a los que más sufren, a los descartados, a los que son víctimas de las violencias y a todos aquellos que experimentan el dolor y el sufrimiento físico y social.
Ser peregrinos implica “orar” con los pies y experimentar con todos los sentidos que nuestra vida toda es un único camino hacia Dios (CIC 1674). Al peregrinar, los hombres buscamos la paz y la fuerza que brotan de los lugares santos, manifestamos nuestra pertenencia a la Iglesia y nuestro amor y devoción a la Siempre Virgen, Santa María de Guadalupe.
A la Morenita del Tepeyac, añadió, le encomendamos todas las acciones que estamos llevando a cabo en bien de la Construcción de la Paz en la Arquidiócesis de Morelia: Ponemos en sus manos nuestra oración constante por la paz, la difusión en los medios los mensajes de paz, el acompañamiento y atención a las víctimas de las violencias en los Centros de Escucha, la atención a las mujeres violentadas, la asistencia a las personas que son víctimas de las catástrofes naturales, así como las mesas de diálogo social que tenemos con las distintas iglesias que conformamos el Consejo Interreligioso y con los demás colectivos y asociaciones civiles que tenemos como finalidad construir las bases para un Michoacán y Guanajuato mejores.
Todos experimentamos la cercanía y el amor maternal de la Santísima Virgen en nuestras vidas y confiamos en su protección y benevolencia hacia nuestra amada tierra, en la que ha querido quedarse para mostrarnos su amor, compasión, auxilio y defensa a todos sus hijos, especialmente a los más pequeños, que ella siga siendo consuelo, fortaleza, esperanza y luz para todos.
LA ARQUIDIÓCESIS DE MORELIA, COMPROMETIDA EN LA CONSTRUCCIÓN DE LA PAZ
La Iglesia proclama «el Evangelio de la Paz» y está abierta a la colaboración con todas las autoridades para cuidar este bien universal tan grande. Nosotros como Arquidiócesis de Morelia seguimos manifestando la disposición que tenemos como Iglesia y como parte de la sociedad civil, aportar y hacer sugerencias concretas en relación a los modos para dialogar y colaborar para una sociedad en paz.
Nosotros respondiendo al Plan de la Iglesia Católica para la Construcción de Paz, donde se nos plantea la realidad en la que se encuentra nuestro país, la corrupción y la violencia en la que hace años vivimos, estamos haciendo lo propio que como Iglesia nos toca en redoblar esfuerzos y actuar unidos, integrando y engarzando todas nuestras fuerzas y recursos.
La Arquidiócesis de Morelia respondiendo a esta realidad y al Objetivo General de la acción Pastoral de nuestra Iglesia en México de: “Anunciar la alegría del Evangelio, buscando llegar a las periferias con misericordia y sentido profético, para contribuir a la construcción de un México más justo, reconciliado y en paz”, continuamos en el empeño de dialogar y colaborar para encontrar caminos de reconciliación que lleven a las comunidades a vivir en paz.
Hoy más que nunca es urgente promover la paz y el diálogo social. La transformación de nuestros pueblos y ciudades requiere participación ciudadana, corresponsabilidad y generosidad constante, tanto de autoridades como de los ciudadanos.
Como Iglesia particular seguimos con el proyecto de acompañamiento a las víctimas de las violencias y romper con el ciclo de la violencia, contribuir a la sanación social de las víctimas de las violencias, para que puedan reintegrarse a su comunidad en las mejores condiciones posibles.
Mantenemos el empeño de facilitar un proceso de perdón y reconciliación para que las personas puedan superar el dolor, la tristeza, resentimiento o impotencia que vivieron y logren recuperar la paz y la confianza. También pretendemos prevenir futuras violencias, pues muchas veces quien ha sido víctima de la violencia puede convertirse en victimario.
Nuestro caminar pastoral está impregnado de sensibilizar y fortalecer las capacidades de sacerdotes y agentes de pastoral de la Arquidiócesis de Morelia en la atención integral a víctimas de las violencias y a comunidades afectadas; en nuestros Centros de Escucha, mediante la vinculación interinstitucional y la conformación de equipos levadura, que implementa herramientas de construcción de paz y de acompañamiento en sus áreas de influencia, a través de la creación y habilitación, se incide en un proceso comunitario y sostenible de transformación social.
Nuestra fortaleza ha sido la vinculación y el diálogo, las iniciativas y la disposición en los acuerdos, la participación de los niños, jóvenes y adultos para formar artesanos de paz, dispuestos a velar por el bien común.
La Arquidiócesis de Morelia en comunión con El Consejo Michoacano para la Construcción de la Paz y la Reconciliación, con el Colectivo Michoacano para la Paz, con el Consejo Interreligioso, con la Red Juntos por Michoacán (Rectores de universidades), con FUCIDIM y otras asociaciones civiles; también en comunión con autoridades estatales y municipales, queremos seguir construyendo un futuro de confianza y seguridad basado en el compromiso para aprender a dialogar, a resolver los conflictos, a lograr la mediación y a superar las divisiones y toda forma de violencia, favoreciendo las leyes y la cultura de la paz, la reconciliación y la comunión entre todos.
Nuevamente refrendamos nuestro a compromiso en construir la paz, sirviendo a los demás, uniendo nuestras manos, uniendo nuestras fuerzas con nuestra fe puesta en Dios.