En días recientes, el Senado recibió de manos de secretario de Hacienda y Crédito Público , Rogelio Ramírez de la O, el Paquete Económico para el ejercicio fiscal del año 2023, que calificó con un escenario muy optimista, con una proyección del crecimiento del PIB del doble de lo estimado por el mercado, de 3 por ciento, y con un gasto neto total de 8 billones 299 mil 647.8 millones de pesos, el cual priorizará su atención en los programas sociales y las obras emblemáticas de esta administración.
Este paquete económico está conformado por cuatro componentes: los Criterios Generales de Política Económica, la Iniciativa de Ley de Ingresos, el Proyecto de Presupuesto de Egresos y la Miscelánea Fiscal.
Aún con el discurso de austeridad que ha sido replicado en el gobierno federal, el monto planteado en el Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación (PPEF) para el 2023 significa un crecimiento de 11.6%, en términos reales, comparado con lo que fue aprobado para este año.
Así, el Ejecutivo tiene una proyección de crecimiento económico para el siguiente año de 3.0%, en donde esperan que la inflación se desacelere a 3.2% y promedie en 4.7%, datos que contrastan con las expectativas del mercado que ubican al PIB alrededor de 2%.
Cabe señalar que el paquete económico es el conjunto de proyectos de ley y reformas que el Poder Ejecutivo, a través de la SHCP, le entrega al Poder Legislativo para su análisis, discusión y aprobación. Es bien sabido que, para la elaboración del Paquete Económico de cada año, se realiza un documento llamado Criterios Generales de Política Económica, en él se presentan las estimaciones de variables macroeconómicas tomadas en cuenta por la Secretaría de Hacienda para sus proyecciones de ingresos, deuda y gasto, que también se incluyen en el documento y se presenta el panorama económico tanto a nivel nacional como internacional percibido por la SHCP.
Históricamente hemos visto que cada vez que se presenta el Paquete Económico vemos un optimismo respecto a las variables macroeconómicas que tiene el mercado, en esta ocasión no es la excepción, ya que la estimación de variables económicas podría significar que las proyecciones de ingresos, endeudamiento y gasto estén sobreestimadas.
Lo que es pertinente es la conciencia del manejo prudente de las finanzas públicas y si bien la proyección del PIB es optimista, se entiende que los presupuestos tienen un contenido político de generar optimismo. Así mismo el presupuesto refleja las prioridades del gobierno y estas siguen siendo los macroproyectos y los programas sociales, se consciente con mayor gasto probable para Pemex y a dos bocas, se continua pagando el mantenimiento del avión presidencial que no se ha vendido ; al menos hay un aumento en salud y en educación que es algo positivo que se ha visto que se requería.
Otro punto a considerar es el tema de que vislumbra mayor fiscalización, pero sin cambios fiscales, el Paquete Económico 2023 no incluye modificaciones ni nuevos impuestos en la Miscelánea Fiscal, supuestamente con el objetivo de generar una mayor certidumbre que permita a su vez la llegada de mayor inversión extranjera directa a México y se estima obtener 4 billones 620 mil millones de pesos por ingresos tributarios el próximo año, un incremento real anual de 9.9 por ciento, como resultado de una mayor fiscalización.
Finalmente, y de acuerdo a la Constitución, la Cámara de Diputados tendrá hasta el 20 de octubre para discutir y aprobar la Iniciativa de Ley de Ingresos en donde puede surgir una práctica común a la que podrían recurrir los legisladores a la hora de discutir y negociar el Paquete Económico es el ajustar las variables macroeconómicas para aumentar los recursos esperados en la Iniciativa de Ley de Ingresos y por lo tanto los disponibles para el Proyecto de Presupuesto de Egresos, para posteriormente ser enviada al Senado para su aprobación a más tardar el 31 de octubre. Sin embargo, al estar planteando supuestos más optimistas, queda poco margen de maniobra para que esto se pueda hacer.