El comedor comunitario de la colonia Margarita Maza de Juárez es liderado por las señoras de la tercera edad Rosa, Claudia, Ernestina y Lorena; dicen que deben abrirse más en todo el país.
‘Somos más chingonas que bonitas’, dicen entre risas y con el rostro chapeado las señoras Rosa, Claudia, Ernestina y Lorena, mujeres de la tercera edad que, con el apoyo del gobierno de Atizapán, lograron abrir un comedor comunitario en la colonia Margarita Maza de Juárez.
Cansadas, pero felices tras atender a casi 100 personas en el primer día de labores, afirman que ellas preparan la comida y en ocasiones con la ayuda de vecinas o familiares atienden a toda la gente que lo solicite. No importa que no completen los 13 pesos del costo de la comida, cualquier persona puede venir a llenar estómago.
Casi incansables, caminan rápido hacia la cocina para regresa repletas de platos y vasos, para agasajar a sus comensales con el agradable olor de la comida recién hecha.
Los productos para la elaboración de los platillos son frescos y surtidos todos por el actual ayuntamiento, que decidió invertir 20 millones de pesos del presupuesto para abrir 43 comedores comunitarios en igual número de colonias, principalmente ubicadas en zonas populares.
De acuerdo al alcalde Pedro Rodríguez Villegas, la inversión incluye la compra e instalación de tanques de gas, hornos de microondas, mesas, sillas, tarjas y refrigeradores, entre otros artículos, así como utensilios de cocina como vasos, cucharas, ollas y platos.
Tras exhortar a empresarios y ciudadanos a sumarse a este proyecto ‘que va a ser un icono para nosotros’ dijo que la idea es tener cerca de 85 comedores funcionando en Atizapán, ‘y con esto estaríamos abarcando prácticamente todas las colonias ubicadas en las zonas vulnerables de nuestro municipio”.
En el comedor ‘cualquiera puede venir a llenar su pancita’
Los comedores laboran de lunes a viernes y tiene capacidad para atender a 100 personas por día, pero ‘cualquiera puede venir a llenar su pancita’, afirma la señora Lorena quien se toma un descanso para platicar con El Financiero Bloomberg, y comenta que son voluntarias, que no cobran nada pero tienen el deseo de seguir ayudando a la gente, ‘porque aunque ya estemos jubiladas, aun nos queda mucha fuerza y cosas por hacer’.
La mayoría de los comedores de Atizapán son liderados por mujeres, muchas de ellas mayores de 60 años de edad, y en sus primeros días de funcionamiento sus mesas se abarrotaron, Pero para ellas no es una sorpresa, porque saben lo caro que actualmente están los ingredientes para poder tener una comida caliente y saludable para toda una familia.
‘Aquí vienen muchos niños antes de entrar a su escuela. Varios vienen acompañados de sus padres porque dicen que amanecieron sin comida, que en el transcurso del día la van a conseguir pero en ocasiones sus esfuerzos son en vano, y los volvemos a ver por la tarde sentados en alguna mesa con toda la familia. Ante esta necesidad necesitamos que se abran comedores comunitarios en todo el país’, advirtieron.