Millones de abejas murieron luego de que se aplicara el pesticida Finopril en plantaciones de coco y limón en Armería y Tecomán, en el estado de Colima, situación que ha despertado la alarma entre los apicultores locales.
Hay alrededor de tres millones de abejas, provenientes de unas 637 colmenas de siete productores ubicados en áreas adyacentes a la producción agrícola.
La mortalidad masiva ya representa una disminución de entre el 73 y el 75 por ciento de las abejas.
Al respecto, la Secretaría de Salud e Inocuidad de Alimentos de la Subsecretaría de Desarrollo Rural (Subseder), consideró que la situación es grave ya que la presencia de abejas favorece la polinización de las plantas.
Por su parte, el Comité para el Sistema de Productos Apícolas del Estado de Colima, ha manifestado que existe un uso indiscriminado de químicos y ha asegurado que, de continuar así, para diciembre en ambos municipios podrían estar faltando insectos útiles y otros polinizadores.
La dependencia también denunció que el gobierno estatal no recibió apoyo para enfrentar el uso indiscriminado de pesticidas que causa la muerte de las abejas.
En tanto, los apicultores de la zona han expresado que, a pesar de que esta situación lleva 5 años, en el 2022 hubo mayores daños por la aplicación del agrofarmacéutico.