Por Fernando Alberto García Cuevas
Cuando una comunidad se contagia de anomia, requiere una inyección urgente de valores y fuerza interior para seguir adelante.
Animo, certidumbre, señales que den esperanza para un pueblo ávido de orientación, claridad de rumbo y confianza.
Los seguidores, militantes o no, para seguir adelante, requieren señales de unidad y poder, muestras evidentes de los lideres, de convicción en el triunfo de la batalla que se aproxima.
Mensajes que toquen el alma de los involucrados; ánimo, fortaleza, esperanza y voluntad. Cuando un líder, con sabiduría y humildad reconoce que no puede solo, construye alianzas, consenso, estrategias, suma voluntades en la misma dirección.
Cuando los lideres se reúnen para analizar los distintos escenarios posibles deseables y no deseables, y concluyen que lo mejor es sumar fuerzas y caminar en la misma dirección, las posibilidades de éxito se agigantan.
Al fin reunidos, sin reproches, con los egos aplacados, con la plena disposición de aportar experiencias y talentos, desde una nueva perspectiva que va mas allá del «yo quiero» al «juntos podemos hacerlo mejor» con lealtad a los intereses de nuestras comunidades y no a los propios, entonces, habremos dado un gran paso, para beneficio de nuestros pueblos.
Desde mi humilde trinchera, motivado por mi personal interés de proteger el presente y futuro de nuestros hijos y jóvenes, de nosotros mismos, brindo por la unidad de nuestros lideres. Brindo por el consenso y compromiso entre nuestros aliados. Brindo por la razón y el valor. Brindo por la determinación para no rendirse sin antes luchar. Brindo para no abdicar de nuestras responsabilidades sociales. Brindo por el orgullo de ser mexiquenses y mexicanos.????