En el marco de una enorme crisis de violencia en el país, con más de 130 mil homicidios, el Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, llegó a la presidencia, con la promesa de campaña de regresar a los cuarteles a las fuerzas armadas, debido a las fallidas modificaciones y reformas de sexenios pasados en materia de Seguridad.
Sin embargo, a tres años de su gobierno, se ha militarizado más al país que en aquellos sexenios, prueba de ello es que firmó un acuerdo para mantener al ejército en labores policiales hasta 2024, y ya cumplió 3 años la Guardia Nacional, que dicho sea de paso, es una fuerza militarizada aprobada por el congreso con mando militar.
La preocupación de organismos nacionales e internacionales respecto de los Derechos Humanos, advirtieron que, las violaciones de Derechos Humanos de los ciudadanos, por parte de las fuerzas armadas se han incrementado exponencialmente, y es lógico, si recordamos que la formación que estos elementos poseen es muy diferente a la formación de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC)-
Aunado a lo anterior, está la nula actuación de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, quien, en este sexenio ha desaparecido por completo del actuar en defensa de los derechos humanos que se han transgredido.
El problema de seguridad en el país va más allá de ser sencillo, es bastante complejo porque en 2024, una vez que haya concluido el acuerdo de las fuerzas armadas haciendo labor policial, quien quedaría a cargo en su lugar, sería la Guardia Nacional, otro organismo militarizado.
Estos modelos han sido un rotundo fracaso en el combate a grupos criminales, basta con echar un vistazo a las cifras que el INEGI proporcionó en 2019-2020 en este tema, y de podrá apreciar que en grafica muestran los elevados índices de homicidios.
Esto sólo demuestra que no se han establecido bases sólidas y programas eficientes en el tema de seguridad, además cada sexenio se cambian o modifican a criterio del titular del poder Ejecutivo, estas políticas.
Sin embargo, un fenómeno que si ha sucedido, es la promulgación de reformas para que la Semar asuma el control y administración de puertos, y en conjunto con la Sedena, han asumido un creciente papel de de control en las aduanas, en aeropuertos y recientemente, en COFEPRIS, estas funciones y labores que se les ha otorgado, no están contempladas en sus funciones, como lo cita el artículo 129 Constitucional:
“En tiempo de paz, ninguna autoridad militar puede ejercer más funciones que las que tengan exacta conexión con la disciplina militar”.
Y es entonces que pasamos de la Militarización al Militarismo, incluyendo en la vida institucional a las fuerzas castrenses con funciones que anteriormente eran civiles y que nos llevan a replantearnos el modelo a seguir.
Mientras tanto, los grupos delincuenciales, tienen tomado a la mayor parte del país con eventos deplorables, asesinatos, atentados, control de productos y servicios, secuestros y mientras tanto, la ciudadanía esta indefensa.
Alethia Hernádez.