Cada 25 de julio se celebra el Día Mundial para la Prevención de los Ahogamientos, una fecha impulsada por la Asamblea General de las Naciones Unidas con el objetivo principal de concientizar a la población y brindar herramientas para eliminar esta problemática, que cada año cobra más muertes.
Este día marca la necesidad de acción de los estados y organizaciones del mundo a realizar prácticas que instruyan a los ciudadanos al cuidado y preparen la infraestructura de sus ciudades para evitar tragedias.
¿Una problemática mundial?
De acuerdo a la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en la última década han fallecido más de 2,5 millones de personas por esta causa. De hecho se estima que son 40 las personas que mueren por día a raíz de esta problemática y que son 236.000 las que, año a año, pierden la vida por esto.
Asimismo, los ahogamientos son la tercera causa de muerte por traumatismo en el mundo y representan el 7% de las muertes dentro de esta categoría.
En relación a esto, la ONU establece que el 90 por ciento de estos fallecimientos ocurren en países vulnerables, con economías débiles o poco desarrolladas, y que se da con mayor frecuencia en ríos, pozos, lagos, piletas y elementos de almacenamiento de agua doméstica.
¿Cómo podemos prevenir los ahogamientos?
La ONU propone el desarrollo del Plan Nacional de Prevención de Ahogamientos, una iniciativa que toma en cuenta diversas recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) orientadas a la prevención de catástrofes e instrucción de supervivencia.
En este día se invita a todos los gobiernos del mundo, instituciones educativas, organizaciones y otros entes a dar visibilidad a esto y llevar a cabo las siguientes medidas:
● Instruir a personal docente y distintos trabajadores en tareas de primeros auxilios y acciones de emergencia en caso de ahogamiento.
● Crear centros seguros de protección, como guarderías, ubicadas estratégicamente en zonas lejanas a fuentes de agua.
● Instalar barreras o sistemas de contención para controlar el acceso de agua en lugares estratégicos.
● Realizar inspecciones de lugares de riesgo con el fin de prevenir inundaciones.
● Practicar jornadas para que enseñen a los ciudadanos a actuar en caso de inundaciones, desbordes y ahogamientos.
● Otorgar chalecos salvavidas al momento de ingresar a una pileta o lago a personas que no sepan nadar, niños o aquellos que posean alguna dificultad motriz.
● Crear sistemas comunitarios que puedan brindar contención ciudadana, especialmente a niños de edad preescolar.
● Ubicar redes de contención o cercas en zonas de piscinas o lagos, especialmente si se encuentran al acceso de niños.
● Asegurar mecánicamente lugares de almacenamiento de agua, como tanques para el uso doméstico.
● Enseñar a nadar a los niños desde temprana edad.
● No dejar solos a los niños cuando se encuentren dentro de la bañera.