Siempre se ha pensado que la principal causa por la que una especie se extinga es debido a la caza furtiva, sin embargo, los animales de los cuales hablaremos no se encuentran en peligro de extinción por esta razón, sino por las condiciones entorno al cambio en sus hábitats, por que hay animales que tratan de sobrevivir en los espacios naturales que les quedan, lo cual ha llevado la disminución de muchas especies.
Las 10 especies en peligro de extinción
Cigüeña negra
Resulta muy bonita de ver, pero cada vez es más difícil encontrarla. La cigüeña negra es una de las especies autóctonas españolas. Su plumaje negro conjuntado con un pico y párpados rojos le hacen única. Como muchas aves, ha dejado de anidar en su hábitat natural porque el ser humano cada vez hace más insostenible su ecosistema: los humedales españoles tienen un alto nivel de contaminación y el agua no abunda. Además, las los tendidos eléctricos, las vías del tren o los embalses han ido modificando el espacio convirtiendo sus zonas favoritas en un espacio menos confortable. La mayoría de las cigüeñas negras que podemos ver en nuestro país están concentradas en Extremadura y en las marismas del Guadalquivir.
Lince ibérico
Existen muchos motivos por los que el lince ibérico está en peligro de extinción, pero el primero te sorprenderá: se trata de la disminución de conejos. El lince, como todo felino, es un cazador insaciable, y su presa favorita es el conejo, que puede llegar a significar el 90% de su dieta, la supervivencia del lince está ligada, por tanto, a la existencia de suficientes conejos en su hábitat natural. Sin embargo en las últimas décadas varias enfermedades propias de los conejos han asolado la población de éstos, y el lince no encuentra un sustituto al que recurrir. Sin embargo hay dos motivos muy graves que se añaden a la situación de peligro de extinción de los linces: los cazadores furtivos y los atropellos.
Quebrantahuesos
Este ave tiene un aspecto muy llamativo, se trata de un buitre con la cabeza cubierta por plumas, esto es así porque su forma de alimentarse no se basa en introducir la cabeza en los cuerpos para recoger alimento. Se llama así porque su interés no está tanto en las vísceras como en los restos óseos: se alimenta solo de huesos. Lo que hace es volar con ellos agarrados hasta alcanzar grandes alturas, es entonces cuando los lanzar contra las rocas para que se partan en el impacto. Como en el caso de otras aves, los quebrantahuesos suelen morir electrocutados por los tendidos eléctricos que cruzan su hábitat, pero además son víctimas de la caza furtiva y de la drástica disminución de recursos alimenticios en su entorno: si hay pocos mamíferos de los que alimentarse no podrán conseguir los huesos que precisan.
Oso pardo
Los osos pardos sobreviven aún en la península ibérica, en la cordillera Cantábrica: Galicia, Asturias y Castilla y León, y en una zona menor del Pirineo aragonés. Hoy en día la caza furtiva del oso pardo no es un problema tan acuciante como lo fue antaño, las leyes españolas son muy severas al respecto y la concienciación es alta. Sin embargo, el ser humano no ha puesto todo de su parte para que estas especies puedan salir del peligro de extinción: el oso pardo es uno de los mamíferos más amenazados, principalmente porque su periodo de gestación es lento. Las osas precisan de 12 meses, del parto podrán nacer hasta tres crías, que pasarán con la madre hasta un año y medio, tiempo en el que la camada es vulnerable. Por todo ello, las poblaciones de osos pardos no pueden reproducirse con velocidad, y son procesos sensibles que pueden dar al traste con su reproducción si además nos atenemos a la degradación de su hábitat y a la constante construcción de infraestructuras humanas que les interrumpen el paso.
Águila imperial ibérica
Vive generalmente en Madrid, Castilla La-Mancha y Andalucía, aunque es un ave migratoria que deja la península para asentarse en oriente medio tras el verano ibérico. Sin embargo, el águila imperial ibérica ha disminuido su presencia en España de forma drástica en los últimos años, no sólo en España sino en todo el planeta. La dificultad para encontrar alimento es su principal problema, pues en su hábitat ha disminuido enormemente el número de presas, y esta rapaz necesita cazar para sobrevivir. Por otro lado, la construcción de plantas eólicas, así como los peligros que suscitan para las aves los tendidos eléctricos, han transformado su entorno haciéndolo más hostil para esta especie.
Urogallo
Desde 1982 esta especie de ave gallinácea ha disminuido en un 60%. El problema más importante al que hace frente es su baja tasa de reproducción, son animales muy sensibles que necesitan ejecutar un complejo ritual de cortejo para poder fecundar. Sin embargo, el hábitat en el que vive este ave cada vez está más invadido por los humanos, y otras especie, como los ciervos, que al ver reducida también su zona de acción han invadido la de los urogallos, provocando que éstos no se vean con la intimidad suficiente como para reproducirse, además de padecer los destrozos en los nidos que producen tanto los ciervos como otras especies.
Foca monje del mediterráneo
En 1992 se calculaba que sólo existían en todo el mundo apenas 300 ejemplares de focas monje. Su hogar es el mar Mediterráneo, por lo que nos vemos más urgidos a comprender las causas de su desaparición y tratar de ponerle remedio. Hoy en día, 30 años después, el número de focas monje se ha duplicado pero sigue siendo insuficiente: apenas 600 ejemplares en todo el mundo. A diferencia de otros animales de tierra firme, las especies marinas lo tienen aun vez más difícil: el deterioro de su hábitat es dramático a causa de la contaminación, la sobreexplotación pesquera y la disminución de los alimentos por el aprovechamiento industrial de los mares.
Visón europeo
El estado de esta especie es crítico, ya en 2011 se introdujo al visón europeo en la lista roja de la Unión Internacional de Conservación de la Naturaleza, la máxima categoría a nivel mundial para alertar de la desaparición inminente de una especie. Se calcula que en el planeta no hay más de 500 ejemplares de visón europeo. España es uno de los pocos lugares donde aún se pueden encontrar, además del delta del río Danubio y algunas zonas muy concretas de Rusia. En su caso, el depredador no es el hombre, sino la amenaza de otra especie, lo que para las autoridades se denomina “especie invasora”, se trata del visón americano: que ataca con gran ferocidad a un buen número de especies autóctonas como el hurón, la garza imperial, el cormorán moñudo y el visón europeo. Mientras que éste último ya sólo permanece en el País Vasco, el visón americano se ha propagado en Galicia, Castilla y León, parte de Aragón, y la zona central de Catalunya.
Rana pirenaica
Cuando pensamos en especies en peligro de extinción nos vienen siempre a la cabeza mamíferos o aves, pero pocas veces anfibios. Sin embargo la rana pirenaica está en una situación crítica pues, además, un virus propio de esta especie ha irrumpido con fuerza y se propaga con más facilidad acuciado por las condiciones del cambio climático. Este ranavirus, como se denomina, se propaga cuando las temperaturas son altas, pues además se apoya en un hongo que produce mayor debilidad a estas ranas. El 90% de los ejemplares de este tipo de rana reside en los Pirineos, de ahí que en su denominación se haga referencia a esta zona, concretamente en el Alto Aragón.