M.C. y H. Oswaldo Rodríguez Amaya
Sin lugar a duda, la economía mexicana pasa por una de las crisis más importantes de su historia, con acciones que cada vez más complican la vida diaria de cientos de miles de familias que viven en una situación vulnerable o que batallan de una forma significativa para poder satisfacer sus necesidades básicas y primarias como lo es la alimentación.
Durante la primera quincena de junio, en nuestro país se pudo percibir una inflación del 7.88%, lo que implica una alza de precios en algunos alimentos como la papa, el pollo y servicios como la electricidad. Es importante mencionar que este último servicio es fundamental para la mayoría cadenas de servicios o de producción, lo que implica que al igual que hidrocarburos, al aumentar, aumenta de forma escalonada prácticamente todo.
Por otro lado, sí podemos apuntar el aumentos a otros productos como refrescos envasados y que hoy en día estos y algunos otros productos son realmente fuera de alcance de muchas familias y es que aunque posiblemente muchos coincidamos en que estos no son parte de la canasta básica o fundamentales para el desarrollo social, sí podemos sostener que nos dan un claro margen sobre la inflación económica de los últimos años pues sus precios han aumentado claramente en una comparativa con los años previos al 2010.
Según el propio Instituto Nacional de Estadística y Geografía, el Índice Nacional de Precios al Consumidor no había tenido un nivel tan alto de inflación desde la primera quincena de enero del 2001 cuando se tuvo una inflación promedio de 8.37%. Lo anterior nos da muestra de los riesgos económicos que se mantienen hoy en día, y seguramente aunque es multifactorial sí es importante que se ejecuten acciones a corto plazo que permitan garantizar el desarrollo y la inclusión de todas las familias.
Por otro lado, el Banco de México había estimado un rango de inflación de 3% promedio, sin embargo durante las últimas 31 quincenas consecutivas, los niveles económicos han estado por encima de este rango, lo que nos obliga a señalar que seguramente si no existen acciones relevantes en estos momentos, seguirá creciendo durante las siguientes semanas.
Se debe de considerar este momento para analizar si la política económica nacional verdaderamente está funcionando, al mismo tiempo de si lo que se está haciendo por la inclusión social esta una política pública real y no solo una ocurrencia, pues los gobiernos deben de tener muy en cuenta que la principal necesidad básica de todas las comunidades es la alimentación, sin embargo, si se sigue con esta inflación constante, a las personas les rinde menos su dinero y más allá de salir de la pobreza alimentaria, aumentaran dichos niveles. Al tiempo.