José Enrique de Ayala, general retirado y de la Fundación Alternativa, explica las consecuencias que tendría para Rusia la entrada de Suecia y Finlandia en la OTAN: “Rusia ha hecho saber que la mera entrada de Suecia y Finlandia no les supone una amenaza si en ellos no se despliegan bases militares. No les preocupa tanto como las entradas de Ucrania y Georgia que siguen viendo de su área de influencia”.
“El nuevo concepto estratégico se ha dibujado desde hace tiempo. Ahora ha pasado algo muy gordo en Ucrania y ha cambiado las cosas. Rusia que se consideraba socio estratégico va a ser un rival enfrentado a la OTAN en todo”, señala.
Subraya que la salida de Putin, si en algún momento se produjera, no mejoraría la situación: “Putin en el Kremlin es considerado blando. Si es sustituido seguramente sería por alguien más radical. Hasta que no haya paz acordad por las partes no se puede pensar en relaciones con Rusia”.
“El primer efecto de la guerra es la destrucción de vida y bienes. Después se está dibujando un nuevo equilibrio geopolítico en el mundo. Los aliados occidentales y en el otro lado China y Rusia. La incógnita es lo que va a hacer el sur global. Este mundo de bloques no nos interesa en absoluto”, analiza el experto.
¿En qué posición quedaría Espala en ese mundo de bloques? “España es un país de primera fila de la OTAN. Lo que pide ahora es que se mire hacia África con focos de riesgo e inestabilidad. En eso no están tan interesados otros países del norte de Europa y EEUU”
Y reflexiona sobre el momento en el que pude finalizar la guerra: “Rusia quiere controlar el Donbas y está relativamente cerca de conseguirlo. Cuando consigan eso hay dos posibilidades, que se sienten a negociar o que sigan hacia Jarkov. Creo que se va a quedar como un conflicto congelado en el que ojalá las armas callen como pasa por ejemplo en Georgia”.