Otto Frank, padre de Ana publicó el diario de su hija Ana el 25 de junio de 1947, su primer tiraje fue de sólo 3.036 ejemplares. “Achterhuis” (en alemán: “Das Hinterhaus”, ‘la casa trasera’) e inicialmente fue solo en neerlandés en 1946. La versión alemana le siguió en 1950, con un tiraje inicial, también modesto, de 4.600 ejemplares. También hubo una versión de bolsillo en alemán. Pero el libro aún no era un bestseller, incluso en Francia o en Estados Unidos, donde se publicó en 1952, las cifras de ventas eran muy modestas.
Tras esta publicación, la obra llega a los escenarios de teatro en Nueva York en 1955. También en Alemania, más de dos millones de espectadores acuden a ver la obra. Obtiene varios premios, entre ellos el Pulitzer de teatro, el Premio Tony y el del Círculo de Críticos de Teatro de Nueva York a la mejor obra. Después vino una película de Hollywood ganadora de tres premios Óscar en 1959. La fama del Diario de Ana Frank es imparable. Hasta la fecha, ha vendido millones de ejemplares y está disponible en 70 idiomas. Esto lo convierte en uno de los libros más traducidos del mundo.
El diario se convierte en la memoria del Holocausto
En su diario, la niña judía Ana Frank describe el tiempo que pasó escondida de los nazis con su familia en la Ámsterdam ocupada por los alemanes.
Al día de hoy, cuenta sobre los horrores del Holocausto a niños y jóvenes de todo el mundo. Veronika Nahm, directora del Centro Ana Frank de Berlín, dijo en entrevista con DW: “Ana Frank escribe sobre cosas que son relevantes para los jóvenes en esta etapa de sus vidas: la familia, estar enamorado, las discusiones con la madre. Pero también: ¿Quién determina quién soy? ¿Qué quiero ser de grande, cómo debería ser el mundo en el futuro?”.
El Centro Ana Frank utiliza el diario, dice Nahm, para dar a los jóvenes una “introducción a los temas del Holocausto y el nacionalsocialismo”. Las vidas de los familiares y amigos de Ana Frank también desempeñan un papel importante: Otto Frank vivió la quema de libros en Fráncfort, los tíos de Ana fueron detenidos durante los pogromos de noviembre (La Noche de los Cristales Rotos) y su mejor amiga, Hannah Pick-Goslar, sobrevivió al campo de concentración de Bergen-Belsen y aún hoy sigue dando testimonio del Holocausto.