La Administración de Medicamentos y Alimentos (FDA) de Estados Unidos prohibió éste jueves la venta en el país de todos los cigarros electrónicos de la marca Juul Laabs, una decisión con efecto inmediato, según un comunicado de prensa.
La FDA descubrió que esa distribuidora, que disfrutó de un éxito fenomenal y dominó el mercado a fines de la década de 2010 con sus vapeadores en forma de memoria USB y recargas de nicotina con sabores frutados o dulces, no había podido demostrar que la comercialización de sus productos fuera “apropiada para la protección de la salud pública”.
Tras esta decisión, la empresa debe dejar de vender y distribuir los productos para los que actualmente tiene autorización y aquellos que estén en las tiendas deberán ser retirados.
La agencia completó una revisión de dos años de los productos en mercadeo de la compañía para garantizar el beneficio sanitario para los adultos, incluida la ayuda para dejar de fumar cigarrillos tradicionales.
En 2020, la FDA ya había prohibido la comercialización de vapeadores de recarga del tipo Juul con gustos aromatizados, autorizando únicamente los sabores a tabaco y mentolados.
Un año más tarde desafió a varias compañías por los vaporizadores que expendían, pero también dio luz verde a productos presentados por las empresas R.J. Reynolds Tobacco, Logic o Njoy.
La FDA no considera que los productos de Juul presenten un riesgo inmediato, pero estima que la empresa no ha proporcionado datos suficientes para poder evaluar los posibles riesgos toxicológicos.
Juul Labs apelará la medida
La empresa por su lado aseguró que ha dado información suficiente y datos basados en investigaciones de alta calidad para abordar todos los problemas planteados por la agencia y se pronunciaron en contra de la decisión, por lo que la apelarán.
“Tenemos la intención de buscar la suspensión (de la resolución) y estamos explorando todas nuestras opciones bajo las regulaciones y la ley de la FDA, incluida la apelación de la decisión y la participación de nuestro regulador”, expresió.
La start-up con sede en San Francisco (California, oeste) ha sido acusada de haber participado en gran medida en el aumento del vapeo entre los adolescentes con anuncios y operaciones de marketing dirigidas especialmente a estudiantes de secundaria.
En 2019, Juul Labs suspendió las ventas de recargas de sabores populares entre los jóvenes y se comprometió a revisar su estrategia de mercadeo.