Javier Campos y Joaquín Mora recibieron los disparos de un sicario que entró en su parroquia persiguiendo a un hombre al que también acabó matando. «Tenemos que detener tanto sufrimiento innecesario», dice el prepósito de los jesuitas
«Estoy conmocionado y entristecido por esta noticia. Mi pensamiento y mis oraciones están con los jesuitas de México y con las familias de estos dos hombres. Tenemos que parar la violencia en nuestro mundo, y detener tanto sufrimiento innecesario», ha afirmado el prepósito general de la Compañía de Jesús, Arturo Sosa, tras conocer el asesinato este lunes por la tarde de los jesuitas Javier Campos y Joaquín Mora.
Los jesuitas fueron asesinados en la localidad de Cercahui, mientras intentaban defender a un hombre herido que buscaba refugio en el templo y que era perseguido por una persona armada.
«Condenamos públicamente está tragedia y exigimos una pronta investigación y una mayor seguridad para la comunidad. Mientras, pedimos unirnos en oración por ellos», ha declarado también Gerardo Moro, provincial de los jesuitas en México.
Según cuenta la prensa local, el hombre herido que entró en el templo llegó hasta el altar, donde uno de los jesuitas comenzó a administrarle los santos óleos antes de que el sicario acabara con su vida. Después disparó a los dos religiosos, y en compañía de otros compinches se llevó los cuerpos de los jesuitas.