Hace unos días la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), dio a conocer datos sobre una crisis global alimentaria, lo que resulta preocupante ya que esta deriva en que muchas personas no puedan tener acceso para adquirir productos básicos, seguros y nutritivos, con los que puedan desarrollarse física, mental e intelectualmente y vivir una vida sana y con ello ser parte de la cadena productiva que se requiere en un país.
Cada día nos damos cuenta de que, los precios en los alimentos aumentan, por lo que la OCDE preveía hace seis meses que la inflación sería de 4.4 por ciento y esta ha aumentado al 9 por ciento, lo que esta provocando principalmente un alza en los alimentos.
Escuché decir a una persona que estaba comprando productos de la canasta básica “no se que vamos a hacer, cada día compro menos de lo que antes acostumbraba, porque ya no me alcanza”, así muchos están sintiendo mermada su economía, ya que si bien hace un año cierta cantidad alcanzaba para cubrir gastos semanales esta se ha duplicado y tristemente la calidad de los productos se han encarecido por la falta de insumos con los que se producen.
Las mismas Naciones Unidad (ONU), reconoció que la crisis alimentaria que enfrentamos es resultado del conflicto bélico entre Rusia y Ucrania, ya que los suministros han escaseado y los que hay tienen altos costos, por lo que el próximo año puede convertirse en una verdadera catástrofe, pidiendo a los gobiernos que apliquen medidas urgentes que permitan mitigarla. Ya que ahorita se habla de falta de acceso, pero para 2023 podría ser por falta de alimentos.
Y aunque parezca raro, los países antes mencionados son los principales productores de granos, y al estar en guerra, no producen y no proveer de los mismos, o bien, lo que tienen lo venden a altos costos, siendo los países más vulnerables los de América Latina, debido a que los fertilizantes están costando el doble; y en lo que respecta al gas y petróleo también se han elevado considerablemente.
Pero también existen otros factores que están provocando la falta de alimentos y entre ellos tenemos las crisis ambientales y climáticas; además de las crisis sanitarias y económicas, que llevan a la desigualdad y la pobreza, creciendo así el dato que hasta ahora se tiene de 193 millones de personas en 53 países en contextos de crisis con una inseguridad alimentaria.
México fue de los diez países de la OCDE (de 38) que tuvo el mayor índice de aumento en alimentos; con una inflación del 12.8 por ciento mayor al correspondiente al año pasado, a pesar de haber firmado las autoridades federales y empresarios, hace unas semanas un Paquete Contra la Inflación y la Carestía (PACIC) en la canasta básica en productos como huevo, frijol, leche, limón, aceite, arroz, atún, azúcar, bistec, cebolla y chile jalapeño, entre otros, en la realidad los precios siguen subiendo y los salarios no alcanzan para cubrir las necesidades básicas; por ello es importante que los países cambien sus políticas públicas que hasta ahora han llevado, recomendando principalmente a México que incentiven la inversión privada.
Por todo ello los expertos mencionan que para mantener una seguridad alimentaria los existen cuatro puntos fundamentales que son: 1. la disponibilidad de estos, 2. la estabilidad del suministro, 3, garantizar el acceso tanto en lo que corresponde a la transportación como en los precios, y la cuarta la seguridad en el consumo al ser de buena calidad y nutritivos.