Cuando un hombre se convierte en padre se marca una transformación hacia un destino a veces incierto; se amplifica la responsabilidad vital y al mismo tiempo se abre una ventana hacia la trascendencia que no tiene comparación, una posibilidad de que al menos un porcentaje pequeño de tu cariño, tus ideas, tu perspectiva y tus valores queden en la tierra cuando te vayas.
Hay padres de todo tipo. Algunos presentes y otros ausentes, hay padres amorosos y otros distantes, los hay estructurados y laxos. Por cada ser humano en la tierra hay una imagen de padre y una oportunidad de cambio.
Estamos viviendo un proceso de deconstrucción que parte de la idea de que podemos cambiar la realidad si cambiamos la forma en que la definimos y la expresamos. Tenemos que crear un nuevo lenguaje en torno a lo que significa ser padre y completarlo en su intricada danza con la nueva maternidad”
Para conmemorar el Día del Padre, el Departamento de Educación y Sensibilización en Género, llevó a cabo un webinar con el tema “Paternidades responsables y corresponsabilidad”.
Este espacio de reflexión se generó a fin de analizar la importancia de que los hombres adopten nuevas formas de ejercer sus masculinidades, y rompan roles e ideas estereotipadas que encasillan a los papás solamente como proveedores del sustento económico de hijas e hijos, limitando con ello su oportunidad de tener paternidades plenas con vínculos afectivos, respetuosos y corresponsables con los cuidados.
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Las personas facilitadoras coincidieron en señalar, que si bien cada vez es más notorio como las nuevas generaciones de padres han asumido las actividades que realizan el padre y la madre en el proceso de cuidado, socialización, atención y educación de sus hijos e hijas, como una tarea que debe ser de ambos progenitores, se requiere continuar trabajando en el sentido de cómo tomar distancia de esta parentalidad, o patrones masculinos arraigados en las familias.
Existen barreras que impiden el florecimiento de la nueva paternidad, algunas de ellas son:
- La imagen del trabajador ideal, donde los hombres sienten que deben cumplir con las expectativas de trabajar incansablemente para ser los mejores empleados y proveedores.
- La internalización cultural de las normas tradicionales de género, donde los hombres perciben que cuidar no es un trabajo de hombres o que las mujeres por alguna razón lo hacen mejor.
- La falta de políticas públicas contundentes que acerquen el nuevo rol paterno que obligue a las empresas a generar espacios justos y equitativos para todos.
Afortunadamente hay algunas empresas que están intentando mejorar sus políticas y existen iniciativas de reforma a la Ley Federal del Trabajo para lograr mayor equidad en los días de licencia de paternidad. Aun así, la realidad es que nos estamos quedando cortos en el avance.
Los nuevos padres tienen tres alternativas ante el contexto actual: uno, conformarse a las normas tradicionales y seguir cómodamente protegidos por el orden hegemónico. Dos, resignarse a las normas e intentar hacer algunos cambios privados para estar más en contacto con la familia o, finalmente, convertirse en activistas rebeldes que alzan la voz desafiando las normas del trabajador ideal y defendiendo una mejor forma de hacer sociedad desde la paternidad consciente.
Mirémoslo de esta forma, somos los padres (y madres) de la nueva humanidad. Lo que hacemos hoy suma o resta a la prosperidad y perspectiva que tendrán nuestros descendientes. ¿Qué valores queremos que trasciendan? ¿Qué tipo de consciencias queremos crear?
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