Revlon, el gigante de los cosméticos desde hace 90 años, solicitó la protección del Capítulo 11 de bancarrota debido a su agobiante deuda y a la creciente competencia de las celebridades.
El fabricante de esmaltes de uñas y barras de labios dijo que la medida le permitirá “reorganizar estratégicamente” sus finanzas, señalando las “restricciones de liquidez” provocadas por las interrupciones de la cadena de suministro y la inflación. Revlon está recibiendo $ 575 millones de dólares en financiación de deudores en posesión para ayudar a apoyar sus operaciones diarias.
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“La presentación de hoy permitirá a Revlon ofrecer a nuestros consumidores los productos icónicos que hemos ofrecido durante décadas, a la vez que proporciona un camino más claro para nuestro crecimiento futuro”, dijo la directora general de Revlon, Debra Perelman, en un comunicado. Añadió “desafiante estructura de capital ha limitado nuestra capacidad de navegar por cuestiones macroeconómicas para satisfacer esta demanda”.
En los últimos años, Revlon perdió espacio en los estantes y las ventas frente a las startups respaldadas por las celebridades, como Kylie Cosmetics y Rihanna’s Fenty Beauty.
También se ha visto afectada por problemas de suministro, agravados por la pandemia de covid-19. La escasez de productos resultante fue otro factor importante que llevó a Revlon a la quiebra, y los analistas han dicho que es poco probable que se resuelva a corto plazo.
La empresa fue fundada en 1932 por los hermanos Charles y Joseph Revson y Charles Lachman. Revlon salió a bolsa en 1996 y en 2016 fue comprada por Elizabeth Arden en una apuesta por el cuidado de la piel de $ 870 millones dólares para defenderse de la competencia. Alberga varias marcas de primera línea, como Britney Spears Fragrances y Christina Aguilera Fragrances.
También fue noticia hace dos años cuando Citigroup envió accidentalmente casi $ 900 millones de dólares de su propio dinero a los prestamistas de Revlon. Un juez dictaminó que el banco no podía recuperar el dinero.
Las ventas de Revlon se retrasaron a lo largo de los años y en 2021 cayeron un 22% respecto a sus niveles de 2017. Las acciones han caído más del 80% desde principios de año.
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