En lo que va del año, los altos niveles de contaminación en la Zona Metropolitana del Valle de México, han provocado la activación en cinco ocasiones de la contingencia ambiental, que ocasiona que 1.7 millones de vehículos dejen de circular y riesgos a la salud en población vulnerable como adultos mayores y personas con enfermedades respiratorias.
De acuerdo a Víctor Hugo Páramo, coordinador de la Comisión Ambiental de la Megalópolis (CAMe), todavía podrían ocurrir una o dos contingencias más en caso de que las lluvias no hagan su trabajo de dispersar la polución.
Creado en noviembre de 1989, el Programa Hoy no Circula, no es aún la solución para evitar la problemática que existe por la emisión de grandes cantidades de ozono a la atmósfera.
Según datos actualizados del INEGI, en México transitan 34.6 millones de automóviles, 98 por ciento de ellos de uso particular, siendo el Estado de México, la entidad con más unidades registradas (8 millones), seguida por la Ciudad de México (6 millones).
En el tránsito vehicular de la Ciudad de México hay un número importante de autos con placas del Estado de México y Morelos, donde las verificaciones vehiculares son más laxas que las que se practican en la capital del país.
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Encargados de talleres mecánicos de la Zona Metropolitana del Valle de México comentan, que en los verificentros del Estado de México es más fácil pasar la verificación vehicular, “porque se paga el brinco de 150 o 200 pesos y con eso te evitas cualquier sorpresa”.
Víctor Alvarado, responsable de Transporte Eficiente de la organización El Poder del Consumidor, destacó que más allá de un secreto a voces, la corrupción en los verificentros es una realidad, porque, aunque el programa de verificación vehicular en todos los estados que conforman la CAMe, deben tener los mismos estándares de gestión, medición e instrumentación, las diferencias entre la CDMX y las otras entidades son evidentes.
“Por ejemplo, no son los mismos precios, y eso permite generar ciertas facilidades a las personas sobre dónde les conviene verificar, así como el tiempo que se tardan en cumplir con el trámite, lo que va generando incentivos para la corrupción”, explicó.
El también consultor en movilidad, transporte y ciudades, detalló que la práctica del “brinco” para que los automóviles pasen sin contratiempo la verificación vehícular, sigue ocurriendo, pero lamentablemente no hay una estadística que permita hacerlo cuantificable.
Agregó que, para lograr la homologación de los verificentros, que pase del papel a la aplicación no es de la noche a la mañana y esto por el momento dificulta la aplicación de políticas públicas para el control de la contaminación atmosférica por parte de la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum y gobernadores de la región.
“Para poder contar con un sistema homologado de verificación vehicular al menos a nivel de la megalópolis, es decir, Ciudad de México, Estado de México, Hidalgo, Morelos, Puebla y Tlaxcala, se requiere por lo menos de dos a tres años”, pronosticó.
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