Pues resulta que en el gobierno de Baja California Sur, comandado por Víctor Castro, las cosas se están poniendo color de hormiga y es que a su subsecretario de Enlace Legislativo y Municipal, Alonso Gutiérrez Martínez, lo están vigilando muy de cerca.
La UIF del sabueso Pablo Gómez está olfateando al menos 6 millones de pesos que recibió el año pasado que según eran de un contrato que nunca se transparentó, además de haber usado factura emitidas por empresas fantasma, también dicen algunas voces que los acarreo para los procesos electorales.
Hoy por hoy, el susodicho se esconde, no da la cara a los empresarios, se sospecha que está lavando dinero de otros negocios que tiene por debajo del agua y quien sabe cuántas cosas más que aún no salen a la luz del sol.
Cuídese mucho Gober Castro, no sea que lo vaya a terminar involucrando en todos sus turbios negocios. Ya veremos.