Una sola Tierra
Actualmente la sociedad se preocupa más por su entorno, y verdaderamente es satisfactorios, claro, todos desde una perspectiva distinta, por ello, la responsabilidad que tenemos todos aquellos que día a día nos ocupamos y trabajamos con el medio ambiente y recursos naturales, es proveer los conocimientos adecuados para la correcta toma de decisiones, y que se entienda la importancia de los servicios que la naturaleza nos brinda.
Gran parte de los bienes y servicios de los que gozamos dependen de las transformaciones de materiales y energía, que sólo pueden ser obtenidas de la naturaleza. Los ecosistemas y su mantenimiento son la base de nuestra subsistencia y bienestar.
A estos beneficios se les conoce como Servicios Ecosistémicos o Ambientales, que en otras palabras, se define como los bienes que se obtienen de los ecosistemas y de su biodiversidad, los cuales, satisfacen las necesidades humanas, como: el control de enfermedades y plagas; producción de alimentos y medicamentos; la captación y filtración de agua; mitigación de los efectos del cambio climático; generación de oxígeno y captación de bióxido de carbono; retención de suelo; refugio de fauna silvestre; belleza escénica, entre otros.
Sin embargo, los daños provocados a los ecosistemas están degradando su capacidad, amenazando seriamente al desarrollo humano, provocando cuantiosas pérdidas económicas con un gran impacto social y ecológico. Recordemos que hace unos años se consideraban bienes infinitos, su uso era intensivo, lo cual, provocó la degradación del capital natural a niveles críticos, por ello, actualmente se trabaja en políticas responsables y medidas de aprovechamiento sostenible.
Hasta hace unos años, los Servicios Ecosistémicos no figuraban en los análisis económicos y sociales, se desconocía su contribución a la sociedad y a los sistemas económicos. Hoy en día, gracias a los trabajos multidisciplinarios en ecología y economía, se reconocen y aprecian.
Sin duda, la riqueza natural de un país es fundamental para su desarrollo, ya que contribuye con múltiples beneficios directos e indirectos que sostienen el bienestar humano. Ante esto, es imprescindible que se fijen modelos sustentables a corto, mediano y largo plazo, con un claro compromiso, garantizar la protección y conservación de los ecosistemas y de todos los servicios generados, además, crear las herramientas necesarias que ayuden en la toma de decisiones en su manejo.
Cualquier acción irresponsable del hombre degrada al ambiente, pero no podemos renunciar a muchos bienes y servicios que la naturaleza nos brinda, también es cierto que se pueden realizar diversas acciones para regenerarlos y conservarlos, recordemos que, ocuparnos de nuestro medio ambiente es ocuparnos de nuestro propio bienestar y de nuestra evolución y continuidad como especie.
El crecimiento poblacional conlleva a una creciente demanda de bienes y servicios, los cuales, generan una presión constante a los ecosistemas, aprovechando cada vez más y más sus recursos disponibles, lo que provoca una escasez a ritmos acelerados. Desde el punto de vista socioeconómico, la soluciones a este conflicto se da mediante la asignación recursos, creando mecanismos de protección, conservación y de manejo, bajo modelos sociales, económicos y ecológicos responsables, ya que degradar el capital natural no es una opción para el bienestar humano.
Ahora, reconozcamos la gran diversidad biológica y cultural de México, la cual, contribuyó a que un gran número de plantas silvestres fueran domesticadas –nuestro país es uno de los principales centros de origen de la agricultura–. Los servicios culturales son el resultado de la evolución a lo largo del tiempo y de la interacción entre los seres humanos y la naturaleza. Las culturas están influenciadas por los ecosistemas que habitan, y viceversa. Los servicios culturales abarcan tanto los aspectos materiales –flora, fauna, agua y suelo–, así como los aspectos intangibles –paisaje, espiritualidad, folclore, recreación–, también abarcan el conocimiento, las percepciones y los sistemas de clasificación de su entorno natural.
Esta riqueza biocultural se encuentra asociada con numerosos servicios, usos y costumbres milenarias, muchas de ellas de gran identidad nacional. Los ecosistemas mexicanos son particularmente privilegiados por su enorme biodiversidad, y por su enorme riqueza cultural, producto de la interacción social y ecológica. Sin embargo, no hemos sido consientes de la importancia de este gran patrimonio, ni asegurado su mantenimiento a largo plazo. Por ello, es primordial desarrollar acciones integrales que permitan el uso ordenado y eficiente de los distintos Servicios Ecosistémicos que benefician a la población de nuestro país.
De no garantizar la continuidad de nuestros ecosistemas, no sólo perderemos nuestro patrimonio natural, el cultural se marchará con él, así, como la existencia de nuestra especie.