San Mateo Tlalchichilpan, en Almoloya de Juárez, es una localidad que se dedica al trabajo artesanal de pirotecnia, un oficio que se ha transmitido de generación en generación. Un ejemplo es el taller Cristo Rey que realiza castillos, cohetones y toritos desde 1943.
Emanuel, dueño del taller, narra que el oficio fue heredado por su abuelo, quien enseñó a su padre todas las técnicas y formulas químicas para la elaboración de luces y color en cada artesanía. Ahora, Emanuel es el encargado de continuar con las tradiciones que su familia le heredó.
“Es una artesanía que lleva prevaleciendo mucho tiempo. Es un arte porque las artesanías llevan mucha manualidad y más desde preparar el químico; aseguramos de que funcione y comenzamos a volar la imaginación”, expresó.
Los castillos son su principal producción; los costos de esta artesanía rondan entre los 50 y 80 mil pesos, dependiendo del modelo que los consumidores elijan.
El taller Cristo Rey tiene presencia en todo el país, pero es en San Mateo Tlalchichilpan donde producen y fabrican.
“La economía recae en el municipio, hasta el de la verdulería o el de la tienda les afecta, porque si tiene trabajo el pirotécnico, los demás negocios siguen funcionando”.