Tras la llegada de la pandemia por el Covid 19 la tecnología en las compañías incrementó, por lo que en este periodo muchas dieron un paso más en el uso de inteligencia artificial (IA) en sus operaciones; de hecho, el 40% de las empresas en México aceleraron su uso durante la pandemia.
Sin embargo, no fue la única economía de Latinoamérica donde ocurrió este fenómeno; de acuerdo con un estudio global del IBM Institute for Business Value, el país que presentó una mayor adopción de inteligencia artificial fue Colombia, con un 50%; en segundo lugar se encuentra Perú, con un 49%; posteriormente, Argentina y Brasil empataron en tercer lugar, con 41%, mientras que en Chile fue de 39%.
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Para Baltazar Rodríguez, arquitecto senior y evangelista tecnológico de IBM México, en entrevista para un medio nacional, indicó que este aceleramiento se debe a que es necesario que las empresas cumplan con las crecientes expectativas de los clientes, operen de manera más eficiente y gestionen las interrupciones cada vez más comunes y graves, como los grandes fenómenos meteorológicos o una pandemia mundial.
“Por eso es que las empresas buscan cada vez más emplear la IA para desbloquear nuevo valor y conocimientos, para acelerar el descubrimiento, optimizar sus procesos y mejorar la experiencia de los clientes, entre otros.”
De acuerdo con datos del AI Adoption Index de IBM y Morning Consult, los países de América Latina están en diferentes niveles de adopción y madurez, pero en general, la región aceleró la adopción de la IA un 43% durante la pandemia.
El especialista aseguró que la inteligencia artificial está transformando la forma en que las empresas operan y se comprometen con el mundo, pues brinda el poder de la predicción para aumentar la toma de decisiones humanas.
Por ejemplo, la IA está ayudando a los agricultores a tomar decisiones de plantación de cultivos y asignación de tierras a partir de información basada en datos; a los médicos e investigadores, a comprender mejor enfermedades neurológicas complejas; a los minoristas, a asegurarse de que los productos de los que todos dependemos están en stock en el momento adecuado y en el lugar correcto.
“Los retailers están cambiando el enfoque de la tecnología heredada a la nube híbrida y apoyados por IA. De esta manera, las organizaciones podrán proporcionar experiencias sin fricciones omnicanal a sus clientes, así como predecir comportamientos de compra y planificar picos de ventas”, comentó Rodríguez.
Mientras, en la industria de servicios financieros, un enfoque centrado en el cliente y un uso responsable de los datos permitirá a las organizaciones predecir los comportamientos de los clientes para brindar mayor personalización de las ofertas, automatización de las tareas de cumplimiento, protección de transacciones y datos financieros altamente confidenciales, así como la modernización de las cargas de trabajo de misión crítica.
Según un estudio del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), en América Latina y el Caribe (ALC) las personas consideran que los beneficios de las cuestiones éticas de la IA se ven reflejadas en la privacidad y seguridad de los datos personales con un 56%; la confiabilidad y seguridad del sistema, 37%, así como la transparencia, con 33%.
Baltazar Rodríguez consideró que en la actualidad se necesita, más que nunca, innovación para satisfacer las demandas de muchos de los principales desafíos de nuestro tiempo, desde modelos para crear un crecimiento sostenible, abordar futuras pandemias y el cambio climático, hasta optimizar el uso de la energía y garantizar la seguridad alimentaria.
“Para abordarlos, necesitamos descubrimientos más rápidos, colaboración abierta, resolución eficiente de problemas y la capacidad de impulsar la ciencia y los negocios hacia nuevas fronteras. Aquí es donde el conocimiento humano combinado con el poder de la IA harán la diferencia”, aseguró.
En este sentido, expuso que la inteligencia artificial centrada en el ser humano es el camino a seguir y es como lo enfocan desde IBM, ya que es una disciplina emergente que intenta crear sistemas de IA que amplifiquen y aumenten, en lugar de desplazar, las capacidades humanas.
“La IA tiene el potencial de ayudarnos a resolver muchos problemas de hoy y del mañana y, a pesar de los niveles de automatización que permite la IA, la base común es el elemento humano, no solo en el diseño y operación de los sistemas de IA, sino también en el uso. En esta línea, el uso responsable de la IA es imprescindible en toda organización, gobierno y empresa para garantizar que estos sistemas atiendan las necesidades de las personas”.
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