La interculturalidad reconoce la diferencia porque no todos somos iguales, pero todos tenemos derechos y merecemos un trato digno y necesitamos crear puentes de ida y vuelta que hagan énfasis en la integración del bienestar y del desarrollo y, para ello, se requiere un punto de encuentro, que es el respeto a los derechos humanos, afirmó la presidenta de la Comisión de Derechos Humanos del Estado de México (Codhem Myrna Araceli García Morón.
Al agradecer la participación de la ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) Yasmín Esquivel Mossa con la conferencia magistral “La interculturalidad como factor de desarrollo y unidad” para hablar del respeto a los pueblos y comunidades indígenas, García Morón expuso que el derecho a la interculturalidad es el engranaje que permite trascender sobre la noción de que lo diverso o lo distinto no es problemático, sino que es un derecho individual y un derecho colectivo reconocido en nuestra Constitución federal.
Ante estudiantes, representantes de comunidades y pueblos indígenas, la rectora de la Universidad Intercultural del Estado de México (UIEM) Xóchitl Guadarrama Romero y el alcalde de San Felipe del Progreso Javier Jerónimo Apolonio, la titular de la Codhem comentó que la ministra es una mujer muy honesta, franca, sencilla en su trato, humilde e inteligente en su labor profesional y ha demostrado su genuino interés por resolver las controversias y de manera particular, en incidir y mejorar la vida de las personas.
En su conferencia magistral “La interculturalidad como factor de desarrollo y unidad”, la ministra Yasmín Esquivel Mossa precisó que las personas y pueblos indígenas han sido relegados e invisibilizados, por tanto, es tiempo de darles voz y un espacio en la sociedad, es tiempo de saldar la deuda que se tiene con ellos desde siglos atrás, porque con sus aportaciones, la sociedad entera gana.
Mencionó que la interculturalidad es la interacción entre las distintas culturas del país, es la unión de personas indígenas con quienes no lo son, reconociendo sus particularidades, tradiciones, lenguas, costumbres, organización, autoridades y su derecho para preservar todo en la autonomía; por tanto, la perspectiva intercultural es asumir lo diverso como un aspecto positivo en un marco de respeto y valoración de las diferencias, reconocer las posibilidades y riquezas que ofrece esa diversidad para construir la unidad en la diversidad y las diferencias.
Puntualizó que la diversidad cultural es una fuerza motriz del desarrollo y lo que requerimos es un cambio de visión, a una visión intercultural, para que, reconociendo esa diversidad, se promueva la inclusión de todos los pueblos y comunidades. Por último, enfatizó que no podemos silenciar a los pueblos indígenas, ni callar su voz ante la realidad que estamos viviendo, donde existen comunidades con accesos diferentes al bienestar, a los servicios, a los derechos y a las políticas públicas.