Conocido como Mariupolis 2 fue el último proyecto del cineasta lituano Mantas Kvedaravicius antes de su captura y asesinato a manos de las fuerzas armadas rusas en Mariúpol. Su prometida, Hanna Bilobrova, quien lo acompañó a Ucrania para la filmación, recuperó el material y se encargó de dirigirlo durante la post-producción.
Este domingo, el Festival Internacional de Cine de Cannes anunció la inclusión de la película en su programación. Esta secuela contará con proyecciones programadas para este jueves 19 de mayo en la sala Buñuel y el viernes 20 de mayo en la sala Agnès Varda para la prensa.
Kvedaravicius ya había filmado un documental sobre Ucrania en la región del Donbás en 2014. Tras la invasión rusa, a finales de febrero de este año, el director lituano decidió regresar para encontrar a las personas que conoció y filmó durante el conflicto de hace 7 años. Sin embargo, el 2 de abril el cineasta fue asesinado mientras intentaba escapar de la ciudad asediada por los militares rusos.
Según el festival, Mantas Kvedaravicius, también doctor en Antropología, como cineasta quería ofrecer algo “lo más apartado posible al ajetreo de los medios de comunicación y los políticos“.
“Mariupolis 2, con su impresionante fuerza y delicadeza, muestra la vida que transcurre bajo las bombas y revela imágenes tan trágicas como esperanzadoras“, reseña el festival de cine en su página oficial.
La película, en lugar de contar con una sinopsis común, tiene, como descripción, las notas de rodaje de Kvedaravicius:
“¿Sabe qué es lo más extraordinario de Mariúpol? Ninguno de sus habitantes temía a la muerte, aunque fuera omnipresente. La muerte ya estaba allí, y nadie quería morir en balde. La gente se ayudaba mutuamente, arriesgando sus vidas. Fumaban en la calle y charlaban, a pesar de que se sucedían las bombas. Ya no quedaba dinero y la vida era demasiado corta para recordarla, así que cada cual se las apañaba con lo que tenía, y se superaba a sí mismo. Ya no había pasado, ni futuro, ni juicios, ni insinuaciones. Era el cielo en el infierno, las delicadas alas de la mariposa acercándose, el olor de la muerte en su cruda dimensión. Era la vida que palpitaba“.