La sonrisa de los tres niños que viven con su mamá en el penal de Santiaguito, en Almoloya de Juárez, ilumina el área lúdica, y la biblioteca para bebés donde celebraron el Día del Niño.
Un área llena de juguetes, túneles y pelotas, para que los pequeñitos celebren su día, así lució el patio principal del área femenil del penal de Santiaguito.
Renata tiene dos años, y Joshua cuatro meses, son parte de los nueve niños y 13 niñas que habitan en alguno de los 23 penales mexiquenses.
Todos deberán alejarse de sus madres a los tres años, que es el tiempo máximo que pueden estar a su lado en prisión.
Renata juega con pelotas, está aprendiendo a hablar y a leer. Le encanta arrullar a su muñeca y no para de reír mientras le lleva a su mamá los libros que más le atraen. “Es feliz”, reconoció su madre.
La pequeñita únicamente conoce a su mamá, Rosy, una joven sentenciada a 47 años por extorsión.
Es una pequeña segura, y a Rosy le gustaría verla en un parque, llevarla al mar. “Anhelo que sea libre”.
El semblante de Joshua contagia tranquilidad, tiene una gran sonrisa y su mamá lo abraza con mucha fuerza mientras plática que pasaron un gran día de celebración. “Es maravilloso ser mamá, me cambió la perspectiva de la vida, él es mi todo, ahora quiero ser mejor, quiero ser otra persona”.
En dos años y seis meses, Joshua se irá con su papá, a casa de su abuela. Su madre recibió una sentencia de 33 años por secuestro, reducida a 22.