Por una #SociedadHorizontal
Tras la derrota que sufrió el gobierno al intentar aprobar su Reforma Constitucional en materia eléctrica y de tildar a los legisladores de oposición como “traidores a la patria”, la atención pública giró inmediatamente en torno a la supuesta “nacionalización” del litio. El Congreso de la Unión aprobó en tiempo record que “solo el Estado mexicano podrá explotar este mineral”.
Las modificaciones a la ley minera prohíben las concesiones a empresas para extraer este valioso mineral utilizado en las baterías eléctricas. Los críticos señalaron que “se nacionalizó algo que desde 1917 ya era de la Nación”. Mas allá de la ironía, las principales críticas a lo aprobado radicaron en torno a la incapacidad presupuestal y tecnológica del Estado mexicano para asumir esta nueva responsabilidad.
Habrá que ver que tanto beneficio trae esta medida en el tiempo. Elon Musk anunció que ya experimenta con manganeso para las citadas baterías y algunos argumentan que las celdas de sodio de estado sólido hoy ya podrían ser una mejor alternativa. Lo cierto es que, derivado de este nuevo marco legal, habrá un indebido beneficio a favor de las empresas que ya tienen concesiones que explotan el litio, la más importante, por cierto, de origen chino.
Terminado este álgido episodio político, vale la pena hacer un corte de caja para evaluar, ¿qué es lo que viene?
En primer lugar, no hay que confundirse. Morena y sus aliados no consiguieron 2 terceras partes de los votos en la cámara, pero sí fueron mayoría el domingo pasado. La gobernabilidad legislativa de su proyecto sigue firme para aprobar leyes secundarias y decretos presidenciales, así como aprobar el paquete fiscal (ley de ingresos y presupuesto de egresos). No obstante, el costo potencial de proponer cambios constitucionales en materia electoral o de Guardia Nacional se han elevado sustancialmente, pues el bloque opositor podría asestarle una nueva derrota.
En lo electoral, la atención girará en torno a los seis estados que tendrán elecciones en junio próximo. Según las encuestas, Morena tiene una amplísima ventaja en Oaxaca y Quintana Roo, cómoda en Hidalgo y Tamaulipas, empate en Durango -con posibilidades de un triunfo parecido al que tuvo en Sonora- y una derrota cantada en Aguascalientes. De darse estos resultados, la percepción de fortaleza para la contienda del 2024, se incrementará a favor del partido guinda. Con un total de 23 entidades gobernadas por los aliados del presidente, el “copete” que pueden dar las maquinarias estatales, estará en su favor.
En cuanto a base social, si bien la revocación de mandato estableció un piso claro de 15 millones de personas “movilizables” en apoyo al amloismo, la votación constitucional nos recordó que, en 2021, la oposición (PRI, PAN, PRD, MC) tuvo en conjunto un 52% de los votos, mientras que los aliados del presidente, solo el 48%. La acción conjunta entre los integrantes de la coalición “Va por México” y MC, ha abierto un escenario en el que juntos podrían enfrentar a la 4T. No sería raro que en ese contexto, el PVEM repita su vieja práctica de realinear sus lealtades.
Aún habrá que ver la forma en que las políticas públicas impacten en el sentir de la población. La llamada clase media ya votó en contra de Morena en las elecciones intermedias, por lo que consideró un mal desempeño en materia de inseguridad, educación, salud e incluso combate a la corrupción. Adicionalmente, hoy el gran enigma lo marca la inflación galopante y cómo influirá en la masa votante.
Hoy es evidente que la oposición carece de un proyecto social alternativo, tan solo una propuesta contraria a todo lo que significa la 4T. Morena y sus aliados, enarbolan un proyecto con claro apoyo popular, pero sin respuestas objetivas sobre el beneficio que éste significará para el país en el futuro. Lo que sigue de cara al 2024, gravitará alrededor de estas variables.
Vendrán meses de arduo golpeteo político. Sin distracciones, habrá que exigir planteamientos de construcción. Quien logre conciliar una visión nacional, que incluya a la base popular y convenza a la clase media, permitirá el tránsito de un momento de cambio con polarización como el que hoy vivimos, a uno de mayor certidumbre y convivencia. En esta lógica es donde la #SociedadHorizontal tendrá el lugar estelar que le corresponde.