Después de un letargo de dos años en el que las restricciones de la pandemia limitaron los viajes y ello significó perdidas enormes para la industria del turismo a nivel mundial, y en nuestro país, el último periodo vacacional de semana santa parece haber recuperado el ritmo y le ha dado un respiro al sector.
Según las estimaciones de las autoridades estatales de turismo, en los principales destinos turísticos del país como Baja California, Guerrero, Oaxaca, Quintana Roo, Nayarit, Veracruz y Jalisco la ocupación hotelera osciló entre el 85 y el 100% en esta semana santa. Una cifra alentadora y necesaria en medio de este clima de tanta incertidumbre en donde la coyuntura global parece empeñada en evitar que el país salga del estancamiento económico que padece desde hace casi tres años.
La recuperación del turismo para nuestro país es hoy más que nunca necesaria. Los estragos de la pandemia, el conflicto en Europa del Este y la inflación han puesto a las finanzas nacionales en un verdadero predicamento. Por ello, las cifras que arrojaron este último periodo vacacional en términos de viajeros nacionales y extranjeros son un bocanada de aire fresco para una industria que ha tenido dos años verdaderamente duros.
Aquí quiero detenerme un poco en todo el capital humano que trabaja y vive del sector turístico, a los hoteleros, a las aerolíneas, por su increíble resiliencia y por resistir una de las crisis económicas más duras de los últimos años.
Creo que en medio de tantas malas noticias, el incremento del turismo debe ser un aliciente para potencializar a ese sector, ya que es una de las principales fuentes de ingreso del país y de muchas familias, y dado el pobre panorama de crecimiento que se estima para este año, me parece que la apuesta debe ir en esa dirección; ese puede ser nuestro salvavidas para los próximos años.
Además, el mundo cada vez será más competitivo en ese sector, por ello será vital el desarrollo de la marca país y sus estrategias de promoción serán fundamentales. México tienen en el mercado estadounidense y canadiense potenciales clientes pero hay que cuidarlos. Para ello la promoción es clave, acompañada además de estrategias para desarrollar productos turísticos integrales, diversos, que saquen a la gente a nuestras ciudades, a recorrer espacios que están esperando ser explorados.
Si bien el aeropuerto de Cancín es el décimo con mayor conectividad del mundo, vibrantes ciudades como Oaxaca y San Miguel de Allende, la Riviera Nayarit y Puerto Escondido, compiten ya con el imán de Los Cabos y Cancún. Por otro lado, la Ciudad de México tendrá que esforzarse para generar estadías más largas y no podemos olvidar el turismo de negocios y convenciones… en este mercado enseñar, gustar y convencer es fundamental.
México se ha destacado en la región por ser una destino turístico de relevancia, una vez recuperado el ritmo previo a la pandemia, el foco del país debe ser su atractivo como destino favorito de los viajeros nacionales e internacionales. Hay que impulsar la promoción, la competencia, y la calidad en el servicio, solo así podremos estar a la altura de los principales destinos turísticos del mundo. Ojalá que así sea.