Rubén Aguilar Valenzuela
En 2004, el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, y en 2008, el presidente de Bolivia, Evo Morales, organizaron eventos de ratificación de mandato como el que tuvo lugar el 10 de abril en México.
Chávez ganó la primera elección presidencial en 1998 con 3.6 millones de votos, 56 %, con una participación electoral del 63 % de la población. En 2004, la ratificación la obtuvo con 6.0 millones de votos, 60 %, y una participación electoral del 70 %.
Del triunfo como presidente a la ratificación como mandatario en funciones obtuvo 2.4 millones más de sufragios, alcanzó cuatro puntos más en el porcentaje de los votos y elevó la participación en siete puntos. Fue un rotundo éxito.
Con ese capital, y un congreso mayoritario, decidió volver a cambiar la Constitución, para, entre otras cosas, garantizar la figura de la reelección permanente.
Morales ganó la primera elección como presidente de Bolivia en 2005 con 1.5 millones de votos, el 54 %, con una participación electoral del 85.0 %. En el ejercicio de ratificación de 2008 obtuvo 2.0 millones de votos, el 67.4 %, con una participación electoral del 83.3 %.
De su victoria como presidente a la ratificación de su mandato obtuvo 500 mil votos más y elevó su ventaja en un porcentaje de 13.4 % puntos. La participación electoral fue prácticamente la misma. Una variación de 1.7 puntos. Su éxito fue evidente.
En 2006, el presidente Morales convoca a una Asamblea Constituyente, para reformar la Constitución, pero no alcanza las dos terceras partes de la votación requerida para ser aprobada por el Congreso.
Es hasta 2009, tres años después, que obtiene su aprobación en un referéndum con el 63 % de los votos. Ese mismo año la promulga.
En su momento Chávez y Morales hicieron cambios a la Constitución, con mayoría en el Congreso, para que se reconociera el derecho a la reelección permanente.
El primero se mantuvo en el cargo de 1999 hasta su muerte en 2013 y el segundo de 2006 a 2019 cuando fue destituido. Uno 14 años y el otro 13 años.
Todas las realidades son distintas, pero el resultado de los ejercicios de ratificación de mandato de Chávez y Morales ofrecen datos para medir el éxito del mismo.
Tres son los elementos a considerar: si se obtuvo una mayor votación que cuando fueron elegidos presidentes, si el porcentaje de los votos fue mayor y si se convocó a una mayor participación electoral.
Bajo estos criterios se puede medir el resultado del ejercicio de ratificación de mandato que impulsó el presidente López Obrador, para lo que él y los suyos hicieron intensa e ilegal publicidad, para invitar a que lo ratificaran.
Twitter: @RubenAguilar