El ministro de Exteriores de Rusia, Sergei Lavrov, ha asegurado este martes que la parte ucraniana intentó “interrumpir” las negociaciones para poner fin al conflicto en el país tras conocerse la matanza de civiles en la ciudad de Bucha, al tiempo que ha insistido en que lo ocurrido es una “provocación” urdida por las autoridades ucranianas.
“Exactamente en el momento en que, de conformidad con lo acordado en Estambul, la parte rusa, como gesto de buena voluntad, decidió reducir la tensión sobre el terreno, principalmente en las regiones de Kiev y Chernígov, en ese momento, tres días después de que nuestro Ejército abandonara la ciudad de Bucha, se organizó una provocación allí”, ha indicado Lavrov en rueda de prensa.
Lavrov ha asegurado que el propósito de Kiev era “desviar la atención del proceso de negociación” y “tratar de presentar nuevas condiciones”. “Tan pronto como los medios occidentales propagaron la falsedad sobre la ciudad de Bucha, los negociadores ucranianos intentaron interrumpir el proceso de negociación por completo”, ha añadido, según ha recogido la agencia de noticias rusa Interfax.
“Cuál es la razón de esta provocación franca y falsa, cuya veracidad es simplemente imposible de justificar”, ha continuado el ministro ruso, que ha insistido en que las autoridades rusas “tienden a pensar” que la razón “radica en el deseo de encontrar una razón para interrumpir las negociaciones en curso”.
Así, ha advertido a Kiev de que, para lograr un “progreso real y no una apariencia”, las autoridades ucranianas no “saboteen” los acuerdos a los que llegue con Moscú. “De lo contrario, corremos el riesgo de repetir el destino de los Acuerdos de Minsk y nunca lo aceptaremos”, ha avisado.
Además, ha alertado de que si Ucrania “continúa negándose a discutir la desnazificación y la desmilitarización”, esto contribuirá al curso del proceso de negociación.
La última ronda de conversaciones entre las partes involucradas en el conflicto tuvo lugar hace una semana en Estambul y el compromiso de Kiev y de Moscú es seguir negociando, aunque no hay un calendario fijado. Tras el diálogo, Rusia anunció que “reduciría drásticamente” sus operaciones militares contra la capital de Ucrania, Kiev, y la ciudad de Chernígov.