Rusia acusó ayer a Ucrania de llevar a cabo por primera vez un ataque aéreo en su territorio, agresión que Kiev se negó a comentar. Moscú informó que reforzará sus fronteras occidentales para que “a nadie se le ocurra atacar” al Kremlin.
El gobernador de la región rusa de Bélgorod, Vyacheslav Gladkov, indicó que dos helicópteros ucranios penetraron en territorio ruso y bombardearon un depósito de gasolina, a unos 40 kilómetros de la frontera.
Las imágenes de la cámara de seguridad del depósito gestionado por el gigante energético ruso Rosneft, mostraron un destello de luz en el cielo de lo que parecía ser un misil disparado desde baja altura, seguido de una explosión en el suelo.
El incendio resultante hirió a dos trabajadores y obligó a evacuar a algunos residentes locales. El fuego fue contenido más tarde, afirmó Gladkov.
El presidente de Ucrania, Volody-mir Zelensky, se negó a desmentir que su país hubiera ejecutado un ataque aéreo en territorio ruso, el primero de este tipo desde que Moscú lanzó su ofensiva el 24 de febrero.
Zelensky señaló a la cadena estadunidense Fox News: “Lo siento, no discuto ninguna de mis órdenes como comandante en jefe”, al ser consultado sobre el bombardeo.
Los ministerios de Defensa y el de Relaciones Exteriores ucranios indicaron por separado que no podían emitir comentarios.