Un intenso y estresante vuelo vivieron los pasajeros de un avión, cuando una bebé de un año ocho meses comenzó a ahogarse, y gracias a un pasajero que realizó maniobras de Reanimación Cardiopulmonar (RCP) logró salvarle la vida.
Durante el descenso del vuelo 3492 que viajaba de Buenos Aires hacia el aeropuerto Martín Miguel de Güermes, en Salta, los padres de la menor pidieron auxilio desesperado de un médico al percatarse que su hija presentaba problemas para respirar.
Al percatarse de lo que sucedía, un pasajero identificado como Rolando Rojas, quien es intendente de “El Quebrachal” en Salta, se levantó de su asiento y acudió al llamado de la familia.
En entrevista para el medio Cadena 3, el hombre decidió actuar rápidamente cuando la niña comenzó a quedarse sin aire y no había ningún médico a bordo para poder atenderla.
“Estábamos más o menos a cinco minutos de aterrizar y cuando se dirigía el descenso la gente gritaba y no entendía lo que estaba pasando. Era una niña de un año y ocho meses, creo que dijo la madre que se ahogaba”, mencionó Rojas.
Ante la complicada situación, Rolando quien practicó las técnicas de RCP gracias a las redes sociales comenzó a reanimar a la bebé; sin embargo, esta no reaccionaba.
“Siempre ví videos de reanimación por Televisión, YouTube, Facebook y siempre lo tuve presente. Así que me tocó a mí esto de agasajar a la criatura en mis brazos. Le hice reanimación poniendo mi puño en el centro del estómago, pero no pasaba nada”.
Tras varios intentos y con grandes complicaciones, Rojas no se dio por vencido y optó por masajear su espalda e introducir un dedo en la boca de la menor para retirarle parte del alimento atorado en su esófago.
“Al final era abrir su boquita, lo hice y le metí uno de mis dedos. Ahí como que entró aire y empezó su reanimación. De a poco la puse sobre el pecho y la coloqué de forma vertical. Ahí abrió los ojitos”, relató.
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Cuando la bebé logró reaccionar, Ronaldo confesó que durante su intervención intentaba mantenerse tranquilo para no alarmar a los padres, además de sentirse muy agradecido de salvarle la vida a la pequeña.
“ Yo no recuerdo nada ni a nadie en aquel momento, solo a la bebé desvanecida y a los padres, casi sin fuerzas, que me la entregaron diciendo: ‘Por favor haga algo usted’… Intenté mantenerme tranquilo, pero bueno. Gracias a Dios hubo un final feliz. Y me pone feliz saber que ese angelito hoy está de nuevo con sus padres”, finalizó.
