La guerra de Rusia en Ucrania ha hecho que la mayoría de los estadounidenses estén al menos algo preocupados de que Estados Unidos se vea arrastrado directamente al conflicto y pueda ser blanco de armas nucleares. El nivel de ansiedad reflejado en un nuevo sondeo recuerda a la era de la Guerra Fría.
Cerca de la mita de los estadounidenses dicen estar muy preocupados porque Rusia pueda atacar directamente a Estados Unidos con armas nucleares, y otros 3 de cada 10 dicen estar algo preocupados por eso, según un nuevo sondeo del Centro de Investigación de Asuntos Públicos de The Associated Press-NORC. El presidente de Rusia, Vladimir Putin, colocó las fuerzas nucleares de us país en alerta poco después de la invasión del 24 de febrero.
Unos 9 de cada 10 estadounidenses están al menos algo preocupados porque Putin pueda utilizar un arma nuclear contra Ucrania, incluidos 6 de cada 10 que están muy preocupados.
“Está fuera de control y no creo que le preocupe mucho más que lo que quiere”, dijo Robin Thompson, investigadora retirada de Amherst, Massachusetts. “Y tiene armas nucleares”.
El 71% de los estadounidenses cree que la invasión ha aumentado las posibilidades de que se empleen armas nucleares en algún lugar del mundo.
Aunque el sondeo se hizo antes de que Corea del Norte hiciera el viernes un lanzamiento de prueba de su mayor misil balístico intercontinental, indica que el 51% de los estadounidenses dijo estar muy preocupado por la amenaza que supone el programa nuclear de Corea del Norte para Estados Unidos. Otro 29% expresó una preocupación moderada.
Hace décadas que el miedo a una guerra nuclear forma parte de la vida. El Bulletin of the Atomic Scientists publica desde 1947 reportes sobre su “Reloj del fin del mundo”, que muestra una cuenta atrás teórica hasta una aniquilación nuclear. La última actualización, en enero, daba una hora de 100 segundos para medianoche, sin cambios de 2020 pero aun así más cerca que nunca del Armageddon.
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Es difícil medir el grado de miedo de la población a través del tiempo porque las encuestas utilizan diferentes metodologías o plantean las preguntas de diversas formas. Alex Wellerstein, historiador nuclear del Instituto de Tecnología Stevens en Nueva Jersey, señaló que a menudo la gente no lo menciona por iniciativa propia pero lo incluye entre sus preocupaciones si se le da la opción.
El temor, naturalmente, tiende a subir y remitir en función de lo que ocurre en el mundo. “Tenemos estos momentos que son como periodos de crisis”, explicó Wellerstein. “Y vienen y se van, y la gente olvida que los tuvimos”.
Un momento especialmente alto, señaló, fue en 1983, una época de tensiones entre Estados Unidos y la Unión Soviética y cuando se emitió por primera vez en la televisión estadounidense “The Day After”, una película sobre la guerra nuclear.
En la encuesta reciente de AP-NORC, cerca de la mitad de los estadounidenses dijo estar “muy” o “extremadamente” preocupada porque el país pudiera ver arrastrado a una guerra con Rusia. En torno a 4 de cada 10 estadounidenses están “algo” preocupados.
Los hallazgos no revelan sólo la ansiedad por lo que parece una guerra indirecta con Rusia, aunque Estados Unidos no participe de forma explícita en el conflicto, sino por la saturación de cobertura sin precedentes de la guerra a través de medios tradicionales y sociales.
“Vemos casi minuto a minuto lo que les ocurre a estas pocas personas”, dijo Linda Woodward, técnica retirada de una compañía telefónica en Hot Springs Village, Arkansas.
La preocupación por una guerra nuclear se extiende a ambos lados del espectro político e incluso alcanza a adultos jóvenes nacidos después de la Guerra Fría.
Caleb Pack, un republicano de 21 años de Ardmore, Oklahoma, estaba entre los que dijeron estar “algo preocupados” porque Estados Unidos se viera arrastrado a la guerra y que Rusia atacara a Estados Unidos con armas nucleares.
“Si el objetivo final de Rusia es reclamar territorio de la Unión Soviética, lo que significa que van a presionar a los países de la OTAN, lo que obviamente creo que podría escalar muy deprisa”, dijo Pack, que trabaja en sistemas de información.
Desde luego, Rusia no ha hecho mucho por aliviar los temores. El día que comenzó la invasión, Putin hizo lo que parecía una ominosa amenaza cuando recordó al mundo que su país es “uno de los estados nucleares más poderosos”.
En ese contexto, la preocupación está justificada, dijo Tara Drozdenko, directora del programa de seguridad global en la Unión de Científicos Preocupados. “Cuanod tienes a países con armas nucleares acercándose al conflicto, siempre hay un riesgo de escalada nuclear”, dijo.
Por ahora, la OTAN y el gobierno de Biden han tenido cuidado de no escalar la situación, dijo Drozdenko. Pero ella cree que la población debería aprovechar esta ocasión para presionar en favor de cambios que limiten el riesgo. Eso incluiría adoptar una política oficial de que Estados Unidos no atacaría primero con armas nucleares, para reducir el riesgo de un ataque accidental de un adversario, y hacer que la última palabra sobre un lanzamiento no recaiga sólo en el presidente.
El historiador Wellerstein también ve un posible lado bueno al aumento de preocupación. Señaló que los estudios apuntan a que una crisis puede tener el efecto a largo plazo de que la gente esté más implicada con un asunto.
“Esto de Ucrania terminará de forma inevitable, esperemos que más pronto que tarde”, dijo. “Esto podría ser una oportunidad para que mucha más gente, especialmente gente joven, se implique en esto como un asunto político”.
El sondeo de AP-NORC a 1.082 adultos se realizó entre el 17 y el 21 de marzo empleando una muestra tomada del Panel AmeriSpeak de NORC, diseñado para ser representativo de la población estadounidense. El margen de error para todos los encuestados es de más-menos 4,0 puntos porcentuales.
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