Un día como hoy nació Jaime Sabines

Sabines

Jaime Sabines nace un 25 de marzo de 1926 en Tuxtla Gutiérrez, estado de Chiapas; su amor por la literatura fue inculcado por su padre desde pequeño, sin embargo, inició sus estudios como médico en la Escuela Nacional de Medicina. Tiempo después deja la escuela, para convertirse en uno de los poetas más grandes del S. XX.

Entre 1949 y 1951 Sabines publicó dos títulos: Horal La señal. En 1952 se vio forzado a dejar los estudios debido a que su padre tuvo un accidente, así que regresó a Chiapas. En ese periodo se vinculó con la política, continuó con la escritura y trabajó como vendedor.

Al poco tiempo de haber vuelto a Chiapas, Jaime Sabines conoció y contrajo matrimonio en 1953 con quien fue el amor y la compañera de su vida: Josefa Rodríguez Zabadúa. Con “Chepita”, como cariñosamente apodó a su esposa, tuvo cuatro hijos: Julio, Julieta, Judith y Jazmín.

El poeta era conocido como ‘El francotirador de la literatura’, por transformar su literatura en realidad ya que sus escritos se basaban en la presencia que él tenía en lugares cotidianos.

Con su poesía amorosa y humanista, de soledades, del paso del tiempo y de la muerte, Jaime Sabines, cual estrella de rock, fue capaz de abarrotar de jóvenes escuchas tanto el Palacio de Bellas Artes como la Sala Nezahualcóyotl.

La obra de Sabines se caracterizó por poseer un lenguaje sencillo, de fácil comprensión. La expresividad en sus escritos fue natural y espontánea, cualidad que le permitió mantener una especie de cercanía con el lector. Además, su poesía fue real, vinculada casi siempre a lo cotidiano.

Espero curarme de ti (1967)

Este poema del escritor mexicano, fue un grito desesperado ante la ausencia del ser amado, y la angustia producida por el amor que se fue. Con un lenguaje sencillo, cargado de emotividad, Sabines planteó un posible tiempo para la cura de la desilusión y la desesperanza en el plano amoroso.

Fragmento

“Espero curarme de ti en unos días. Debo dejar de fumarte, de beberte, de pensarte. Es posible. Siguiendo las prescripciones de la moral en turno me receto tiempo, abstinencia, soledad.

¿Te parece bien que te quiera nada más una semana? No es mucho, ni es poco, es bastante.

…Una semana más para reunir todo el amor del tiempo. Para dártelo. Para que hagas con él lo que quieras: guardarlo, acariciarlo, tirarlo a la basura… Solo quiero una semana para entender las cosas. Porque esto es muy parecido a estar saliendo de un manicomio para entrar a un panteón”.