El próximo domingo 3 de abril se aplicará en la mayoría del país el horario de verano, con el cual adelantamos una hora al reloj. Hay que recordar que pasado 13 de marzo, en los 33 municipios de la franja fronteriza norte ya se aplicó este ajuste.
Mucho más allá del ahorro energético y la oportunidad de tener una hora más de luz del día, el cambio de horario puede generar varios cambios a la salud, aunque también algunos beneficios.
Hay que recordar que la idea del cambio de hora, sugirió por primera vez de la mente del científico y diplomático estadounidense Benjamin Franklin en el siglo XVIII.
Fue hasta inicios del del siglo XX, cuando el constructor inglés William Willett concibió el horario de verano para que los habitantes del Londres pudieran disfrutar de más horas de luz diurna.
Sin embargo, fue Alemania quien llevó de la teoría a la práctica el horario, durante la Primera Guerra Mundial, pues el 30 de abril de 1916, el kaiser Guillermo II decretó un horario de verano para ahorrar combustible, también entre sus aliados, y en las zonas ocupadas.
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¿Cómo afecta en la salud de las personas?
El cambio horario provoca desajustes en los relojes biológicos de los seres vivos, siendo el más común el cambio de los ciclos circadianos. Estos ciclos son aquellos de 24 horas desarrollados por los organismos vivos, entre ellos por supuesto los seres humanos.
Los ciclos circadiano sirven para que el cuerpo se ajuste a su actividad diaria, a los periodos de luz y están determinados por la salida y puesta del Sol.
Ante esto, el cambio horario provoca trastornos de sueño y adaptación, que dan durante unos días la sensación de cansancio, laxitud, somnolencia o falta de concentración.
Durante los primeros días, nuestro cuerpo experimenta algo parecido al ‘jet lag’, efecto que se da después de tomar un vuelo de larga distancia y que se junta un cambio huso horario.
De acuerdo con un estudio del IDAE (Instituto para la Diversificación de la Energía de España) el cambio del horario de invierno al de verano altera más los hábitos de sueño que el de verano al de invierno y son los niños y los mayores quienes más son afectados.
Hay que señalar que el alargamiento de los días también tiene beneficios a la salud, pues esto permite prolongar alguna actividad física al aire libre hasta cerca de las 8:20 de la noche.
Sin embargo, este beneficio se ve opacado, pues también el cambio de horario, dificulta conciliar el sueño, los días que toca acostarse pronto, hay que madrugar al otro día se llevan a cabo varias actividades como son las laborales y escolares.