A dos años que transcurridos desde que se declaró la emergencia por la pandemia de Covid-19 y tras el primer fallecimiento en México, el 18 de marzo de 2020, revelaron la urgente necesidad de mejorar los procedimientos médicos de intubación en el país.
Expertos coincidieron en que, al inicio de la pandemia, México no estaba preparado con el rigor y suficiencia que era necesaria para realizar este procedimiento, ya que no es fácil, situación que se prolongó hasta mediados de la pandemia, al bajar los casos y comenzar la vacunación.
Según datos de la Dirección de Epidemiología, proporcionados a este diario por el investigador del Consorcio Mexicano de Vigilancia Genómica (CoViGen-Mex), Rodrigo García López, en la emergencia sanitaria fallecieron ocho de cada 10 pacientes que recibieron intubación.
De acuerdo con el científico, 83 mil 648 personas fueron intubadas en servicios públicos y privados del 27 de febrero de 2020 al 16 de marzo de 2022; de ellas, 83.8 por ciento fallecieron.
En el sector privado, de cinco mil 068 intubados fallecieron tres mil 165, es decir, 62.4 por ciento, mientras que sólo en el sector público, de 78 mil 580 personas intubadas, fallecieron 67 mil 014, lo que representó 85.2 por ciento.
Al respecto, el infectólogo Alejandro Macías Hernández atribuyó esta alta tasa de mortalidad a que las personas fueron intubadas fuera de las áreas de terapia intensiva, en servicios de hospitalización general, donde el personal no contaba con las competencias para sobrellevar la situación.
“Sacar vivo a un paciente del ventilador es una de las disciplinas más finas de la medicina. No es solamente poner el tubo para respirar, es colocarlo, posicionar al paciente en una máquina de alta calidad, con monitores, con todos los servicios de bombas de infusión para los medicamentos que se necesitan, con personal calificado, para ver los parámetros del ventilador”, agregó.
En entrevista, precisó que también se refiero a que se requiere personal calificado desde los servicios de intendencia, enfermería, médicos, 24 horas al día, “y eso, insisto, por desgracia muy pocas instituciones lo tenían en México”.
Macías Hernández, quien fue comisionado contra la influenza AH1N1 durante la emergencia epidemiológica de 2009, sostuvo que la pandemia develó un sistema de salud precario desde el primer nivel de atención, del que se tendrá que “aprender la lección” para contar con mejores servicios, aunque “cualquier cosa que se diga es vacía, si no se va a incrementar inversión en salud”.
Por su parte, Rodrigo García López, investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y miembro del CoViGen-Mex afirmó que el proceso de intubación puede considerarse un arte por lo agresivo que puede ser.
Explicó que la dificultad radica en que “no es algo que se aprenda en las escuelas” y atribuyó los altos índices de mortalidad a que no hubo tiempo para entrenar al personal, el cual se vio orillado a realizar este procedimiento en instalaciones inadecuadas para los pacientes.
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Remarcó que con el paso de cada ola de contagios se redujo el riesgo al realizar este procedimiento, pero insistió en que no desistir con la capacitación del personal, sobre todo en las zonas más alejadas del país.
De las dependencias públicas, el Instituto Mexicano de Seguro Social (IMSS) fue el que registró la cifra más elevada de fallecimientos, correspondiente a la alta cantidad de pacientes a los que brindó atención.
Tan solo en sus instalaciones se concentró 43.4 por ciento de pacientes que perdieron la batalla contra el virus del SARS-CoV-2 en instituciones públicas.
En tanto, Alejandro Sánchez Flores, también investigador del Consorcio Mexicano de Vigilancia Genómica, apuntó que las consecuencias mortales de este procedimiento “invasivo y que daña mucho”, también fueron producto de errores de personal capacitado, como resultado de la gran cantidad de pacientes que necesitaban atención.
La suerte de sobrevivir o no al procedimiento
María Guadalupe Hernández, de 59 años, falleció el 3 de diciembre del 2020 en el Hospital General de Zona No. 76 del IMSS, donde tras una semana de permanecer hospitalizada fue intubada, condición bajo la que sólo sobrevivió una semana más.
“Ella falleció a las 12, pero nos avisaron hasta las tres de la mañana, ni siquiera estaban con ella cuando murió, no se dieron cuenta”, compartió Emily.
Seis días después, su abuelo, Jaime Andrés Prieto, también perdió la batalla internado en el Hospital General de Las Américas, donde se negó a recibir ventilación mecánica.
“Ya no estaba saturando (oxígeno) bien, pero él no quiso (intubarse). Preguntaba mucho por mi abuela y como no le decíamos nada, creen que él ya sospechaba algo y por eso fue que no quiso ser intubado. Estuvo una semana en el hospital y luego falleció a causa de un paro”, relató la joven.
Afortunadamente, el rumbo de esta tragedia familiar cambió ligeramente cuando su tía María Eugenia Solís, de 46 años, quien fue dada de alta en mayo del 2021 tras permanecer un mes hospitalizada y dos semanas intubada.
En tanto, Jorge Eduardo Esqueda Moreno, de 24 años, se contagió de Covid-19 en julio de 2021.
Al empezar con síntomas leves, días después acudió a hacerse una prueba y resultó positivo, por lo que comenzó su aislamiento en casa hasta que su condición se agravó.
“Empecé con calentura básicamente, aunque mi oxigenación era buena todavía. Fui con una neumóloga y me mandó medicamentos y nebulizaciones, pero no mejoraba, por ello a los cinco días la temperatura había subido más, tenía escalofríos y mucha tos”, explicó.
Al agravarse sus síntomas, de inmediato sus familiares trasladaron Jorge Eduardo a un hospital en la colonia Roma, en la Ciudad de México, ya que presentó dificultades para respirar y mucha tos.
“Me dieron más medicamento, me pusieron un catéter en el cuello y estuve en urgencias como dos horas hasta que me trasladaron a terapia intensiva. Durante todo el día me estuvieron evaluando hasta que les dijeron a mis papás que me iban a intubar ya que estaba bajando la oxigenación y cada vez resultaba más difícil respirar por cuenta propia”, dijo.
Explicó que los médicos le comentaron que en ese momento le dijeron todo el proceso y lo fuerte que sería, después lo llevaron en una cápsula hasta la sala donde lo intubaron.
“La verdad es que ya no me acuerdo de nada por la falta de oxigenación que tenía, eso fue lo que me dijeron; estuve intubado seis días y cuando desperté no estaba consciente al 100 porque estaba como adormilado, pero poco a poco fui recuperando la movilidad en todo mi cuerpo”, indicó Jorge Eduardo.
México ya es todo verde, por primera vez, en la pandemia
A partir del próximo lunes todo el país estará en semáforo de riesgo epidemiológico color verde, luego de que el estado de Querétaro pasó de amarillo a nivel mínimo.
En el reporte de la Secretaría de Salud (SSa) no hay estados en color rojo, naranja y amarillo y, por primera vez desde el inicio del Covid-19, todo el país está en riesgo mínimo. El nuevo semáforo entrará en vigor del 21 de marzo al 3 de abril de 2022.
La Ciudad de México permanecerá en semáforo verde de riesgo epidemiológico una quincena más y la tendencia de contagios por el virus continúa a la baja.
La capital del país registró en la última semana 355 personas hospitalizadas y casi se llega al mínimo histórico de 299; además, los ingresos hospitalarios están en niveles bajos y la tendencia sigue disminuyendo. La positividad es de 8 por ciento.
“Soy de las que recomienda que esperemos un poco más, se está valorando. Ustedes saben que los lineamientos generales del Plan Nacional de Vacunación, así como de la pandemia los emite la Secretaría de Salud y estamos atentos a sus indicaciones, pero creo que es necesario avanzar unas semanas más con el cubrebocas e irlo valorando si se mantiene esta caída sustancial y si no hay repunte para el mes de abril”.
Apuntó que está próxima a terminar la etapa de vigilancia intensiva, por lo que es un buen momento para realizar la revisión de la medida ya que se acerca el final de marzo y la época de calor, “por ello en espacios abiertos podríamos ir avanzando en su retiro”.
Comentó que la Ciudad de México no está exenta de que se sigan produciendo nuevas variantes por Covid-19, por lo que aseveró que los retos para los siguientes meses son seguir monitoreando la enfermedad, ya que se hará endémica y permanecerá entre los seres humanos.
Por la mañana, el Presidente de México Andrés Manuel López Obrador recomendó escuchar a especialistas como el subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell para tomar la decisión de dejar de usar el cubrebocas. “Hay que ver qué opina el secretario de Salud, el subsecretario Hugo López-Gatell. Él ha estado atendiendo todo el tema de la pandemia de Covid-19”, dijo.
Comentó que los estados son autónomos y pueden tomar la decisión de retirar o no la medida del cubrebocas.
La SSa reportó 125 defunciones y cuatro mil 860 nuevos contagios en las últimas 24 horas, con lo que hasta este 17 de marzo ya suman cinco millones 629 mil 814 casos confirmados y 321 mil 931 muertes a causa de Covid-19.
Con información de la Razón