Los dos principales proveedores ucranianos de neón que producen cerca de la mitad del suministro mundial del ingrediente clave para la fabricación de chips han interrumpido sus operaciones por los ataque de Rusia en su país, lo que amenaza con un alza de precios y agravar la escasez de semiconductores.
Entre 45 y 54 por ciento del neón de grado semiconductor del mundo, fundamental para los láseres que se usan para fabricar chips procede de dos empresas ucranianas, Ingas y Cryoin, según cálculos de Reuters basados en cifras de las empresas y de la firma de investigación de mercado Techcet.
Ambas empresas han cerrado sus operaciones según representantes de la compañía contactados por Reuters, mientras las tropas rusas han intensificado sus ataques a ciudades de toda Ucrania, matando a civiles y destruyendo infraestructura.
La parada arroja una nube sobre la producción mundial de chips que ya escasea después de que la pandemia de coronavirus disparó la demanda por teléfonos móviles, ordenadores portátiles y posteriormente de autos, obligando a algunas empresas a reducir la producción.
Si bien las estimaciones sobre la cantidad de existencias de neón que tienen los fabricantes de chips varía mucho, la producción podría verse afectada si el conflicto se prolonga, según Angelo Zino, analista de CFRA.
“Si las reservas se agotan en abril y los fabricantes de chips no tienen pedidos cerrados en otras regiones del mundo, es probable que se produzcan más restricciones en la cadena de suministro y que no se pueda fabricar el producto final para muchos clientes clave”, dijo
Antes de la invasión, Ingas producía entre 15 mil y 20 mil metros cúbicos de neón al mes para clientes de Taiwán, Corea, China, Estados Unidos y Alemania, de los cuales alrededor de 75 por ciento se destinaba a la industria de los chips, dijo Nikolay Avdzhy, director comercial de la empresa.
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La empresa tiene su sede en la asediada Mariúpol. El miércoles las fuerzas rusas destruyeron una maternidad allí, en lo que Kiev y los aliados occidentales calificaron de crimen de guerra. Moscú dijo que el hospital ya no funcionaba y que había sido ocupado por combatientes ucranianos.
Cryoin que producía entre 10 mil y 15 mil metros cúbicos de neón al mes y que se encuentra en Odesa, detuvo sus operaciones el 24 de febrero cuando comenzó la invasión para mantener la seguridad de sus empleados, según la directora de desarrollo empresarial Larissa Bondarenko.
Bondarenko dijo que la empresa no podría atender los pedidos de 13 mil metros cúbicos de neón en marzo a menos que cesara la violencia. Afirmó que la empresa podría aguantar al menos tres meses con la planta cerrada, pero advirtió que si el equipo resulta dañado, eso supondría un mayor lastre para las finanzas y dificultaría la reanudación de las operaciones con rapidez.
Además, dijo, no estaba segura de que la empresa pueda acceder a las materias primas para purificar el neón.
El Ministerio de Economía de Taiwán sede del mayor fabricante de chips por contrato del mundo, TSMC, dijo que las empresas taiwanesas ya habían hecho preparativos avanzados y tenían reservas de seguridad de neón, por lo que no veía ningún problema en la cadena de suministro a corto plazo.
Sin embargo los fabricantes de chips más pequeños pueden verse más afectados, según Lita Shon-Roy, presidenta de Techcet.
“Los mayores fabricantes de chips como Intel, Samsung y TSMC tienen un mayor poder de compra y acceso a inventarios que pueden cubrirlos durante períodos más largos, 2 meses o más”, dijo. “Sin embargo, muchos otros fabricantes de chips no disponen de este tipo de colchón”, añadió.