La revocación de mandato, el termómetro para las elecciones del 2024
La consulta ciudadana del próximo 10 de abril en la que se le preguntará a los mexicanos si están de acuerdo con la labor del presidente de la República para ratificar su mandato o su revocación del mismo, pareciera a todas luces y más allá de los discursos oficiales, un ejercicio en el que aún y cuando la participación no favorezca al presidente difícilmente dejaría la administración, considero estimado lector que vayamos más al fondo de esta circunstancia de simulación democrática.
Por principio de cuentas, el enorme interés de la presidencia y de Morena para la participación es el de la medición en un ejercicio real, desde su propia convocatoria –con toda la serie de irregularidades en la promoción de los logros de López Obrador y de lo importante que es darle el sí una vez más- es el de medir qué tan bien o mal tienen el panorama para el próximo proceso electoral y si los golpes recibidos por la oposición o bien los propios que algunos actores cercanos a la figura del presidente, han sido mella suficiente en el proyecto de nación que desean seguir sosteniendo.
Para ser más claro, se medirá si efectivamente todo ese nivel de desaprobación en algunas encuestas, en las redes sociales y desde varias tribunas de la escena pública representan o no un hastío en los electores, ingrediente que fue precisamente el que le permitió a Andrés López Obrador llegar a Palacio Nacional.
De los 90 mil 124, 048 electores registrados en el padrón electoral se requieren como parte del ejercicio vinculante del 40 % de la participación para que se considere apto para ser considerado y destituir de sus funciones al presidente, deberán solicitarlo con su respuesta en las urnas el próximo 10 de abril, algo así como 37 mil, 251, 619 personas para que entonces por ley se solicite la restitución de López Obrador y también por ley vía Morena por su mayoría en el legislativo, se designe un presidente interino.
Estos números que se requieren para que la consulta pública sea vinculante son poco más de seis mil de los que cosechó Morena en la elección del 2018 para ganar la presidencia, representan poco más del doble de lo que las elecciones del 2021 arrojaron, con una participación de 16, 136, 841 electores esto significa que las preferencias han disminuido y que el voto dura ronda los 15 millones de sufragios, por lo cual el partido podrá medir qué y cómo hacer para posicionarse nuevamente de manera positiva para las elecciones de 2024.
En pocas palabras, quienes deseen refrendarle su confianza y respaldo al presidente que vayan a votar y a ver cuántos sufragios juntan de manera legítima, el resto podría acudir a emitir su negativa, dato que desde luego también se puede medir, así como también el abstencionismo a este ejercicio, para luego que Morena, la oposición y la sociedad saquemos conclusiones y a partir de ahí se construyan los proyectos para el próximo proceso electoral en donde o Morena continúa o una vez más se determina alternancia de poderes en México.
Lo espero para dialogar en la red social Twitter @pablovazquezr1