Endurence: En 1915 la primera travesía completa del continente antártico de Shackleton, pasó a la historia.
El barco del explorador anglo-irlandés Ernest Shackleton fue hallado a 3 mil metros de profundidad en el Mar de Wedell, en la Antártida, tras haberse hundido hace más de un siglo.
La expedición de investigación anunció la semana pasada que tenía imágenes del pecio de madera. Los restos del “Endurance” se encontraron a seis kilómetros del lugar donde se hundió en 1915.
“Cien años después de la muerte de Shackleton, el Endurance fue hallado a una profundidad de 3.008 metros en el mar de Wedell (en el océano Antártico)”, indicó la expedición, bautizada como Endurance22, en un comunicado.
El buque sudafricano de investigación polar y logística S.A. Agulhas II en la expedición de búsqueda de los restos del Endurance.
Los restos del mítico barco fueron hallados, según el texto, “dentro del área de búsqueda definida por el equipo expedicionario antes de su partida de Ciudad del Cabo” (suroeste de Sudáfrica), en una zona a unas 4 millas al sur de la posición que el entonces capitán del navío, Frank Worsley, registró antes de que la tripulación tuviera que abandonarlo, al quedar atrapado en el hielo.
“La expedición Endurance22 ha logrado su objetivo. Hemos hecho historia polar con el descubrimiento del Endurance y completado con éxito la búsqueda del naufragio más desafiante del mundo”, señaló en el comunicado John Shears, líder de la expedición.
Los restos del barco se mantienen conservados: “Se mantiene erguido, muy orgulloso en el lecho marino, intacto, en un fantástico estado de conservación”, describió, por su parte, Mensun Bound, director de la misión organizada por el Falklands Maritime Heritage Trust. “Incluso se puede leer su nombre ‘Endurance’ en un arco en la popa”, añadió.
El timón del barco permanece intacto. También hay equipamiento apilado contra la baranda, como si la tripulación acabara de abandonar el barco. Uno de los mástiles está roto, pero la estructura, aunque dañada, sigue en pie.
El pecio está protegido como Lugar Histórico y Monumento bajo el Tratado Antártico, según recalcó el proyecto de búsqueda en su comunicado, por lo que los investigadores se aseguraron de que mientras el naufragio era sondeado y filmado no fuera “tocado o perturbado de ninguna manera”.
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