Por: Laura Barrera Fortoul
En pleno siglo XXI, hace unos días nos arroja el mundo la devastadora noticia e imágenes de la locura y el dolor de la Guerra, ¿Cuándo la palabra se extinguió?, ¿Cuándo el diálogo se agotó? y las armas ganaron, la guerra es sin duda un fracaso de la política…
Profundo, claro y sensato el sentir de Erich Hartmann “La Guerra es un lugar donde jóvenes que no se conocen y no se odian, se matan entre sí, por la decisión de viejos que se conocen y se odian, pero no se matan”
Nos conmueve y nos solidarizamos con quienes despertaron con terror e incertidumbre de no volver a ver a su familia, de no volverse a ver entre ellos mismos, y que lo que conocen por hogar no lo sea más.
La guerra deja al mundo peor que como estaba… nos deja a la humanidad vacía.
En la conmemoración del 198 Aniversario de nuestro querido Estado de México, que sea oportunidad de reflexión y compromiso, de la responsabilidad que tenemos todos con la palabra PAZ, que sea un verbo que se conjugue todos los días en el hogar, en la familia, en el trabajo, en nuestra cuadra y comunidad, que nos obsesione practicarla para volvernos expertos, que honremos la memoria de quienes hoy la anhelan y no la conocen más…
Los invito a que esta fecha de celebración cívica pueda ser un acuse personal de conciencia, del México que estamos defendiendo y construyendo, de los valores y principios que nos rigen, que la palabra indiferencia no sea parte de nuestro actuar, como dice la canción “que el dolor no me sea indiferente”, que te importe que nos importe, que no cerremos lo ojos o busquemos justificaciones, pretextos y culpables.
Que la solidaridad sea la determinación firme de hacernos todos responsables de todos, que este sea nuestro regalo al Estado que nos vio nacer, y que nos verá morir, primero Dios en PAZ…
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